La Villa Urania es una pequeña residencia de finales del siglo XIX que fue el hogar del reconocido astrónomo Josep Comas i Solà. La villa es uno de los últimos ejemplos urbanísticos existentes de lo que fue en su día el barrio del Farró en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi en Barcelona. La redensificación del barrio a lo largo del siglo XX dejó el edificio y el pequeño jardín circundante encajonado entre dos imponentes medianeras. El nuevo Complejo de Equipamientos asume el reto de dar una nueva vida a la villa y a los jardines existentes y lo incorpora a un edificio de nueva construcción. La fuerte preexistencia de la villa establece el nivel de planta baja y planta primera. Un doble acceso a la parcela permite comunicar la calle Zaragoza y la Vía Augusta y al mismo tiempo acceder con un recorrido adaptado tanto a la planta baja como al semisótano. Una escalera exterior comunica verticalmente todo el nuevo edificio, un elemento ligero y permeable que da aire a todo el conjunto. En la planta primera se unen la terraza del nuevo edificio con la de la villa, dando mayor transparencia y ventilación a las fincas vecinas preexistentes que dan fachada a la parcela. La villa Urania, una vez rehabilitada, se convierte en un punto de encuentro, un espacio diáfano polivalente equipado para poder realizar actividades de todo tipo tal y como requiere un equipamiento de este tipo. La ampliación, un edificio alto y estrecho orientado a sudeste con una gran galería, climatiza de forma pasiva las zonas de encuentro y actividades informales, así como las circulaciones del edificio. Este espacio intermedio funciona como un invernadero en invierno y como un umbráculo en verano. Actúa como almohada térmica, separa las zonas climatizadas del exterior, y reduce la demanda energética del edificio. La fachada se adapta de forma automática a las condiciones exteriores. Sensores de temperatura interior actúan sobre la fachada de cristal, abriéndola o cerrándola según sea necesario. Sondas exteriores miden la radiación solar y actúan sobre las persianas replegables. La plantación interior formada por diferentes especias proporciona una agradable sensación de frescura en verano, mientras que en invierno reduce su volumen para permitir captar la radiación solar. La envolvente del edificio se ha diseñado para conseguir una transmitancia térmica baja, minimizar los puentes térmicos y un alto nivel de estanqueidad. El edificio destaca también por la utilización intensiva de materiales de bajo impacto ambiental, rápidamente renovables y de origen reciclado: estructuras auxiliares y carpinterías de madera, muros cortina mixtas de madera-aluminio o aislamiento de cáñamo entre otros. El Complejo de equipamientos de Villa Urania ha sido concebido como un edificio de consumo energético casi nulo (nZEB). Su consumo de energía es muy bajo y gran parte de la energía necesaria se produce en el propio edificio. Se han elegido sistemas activos de alta eficiencia. El edificio dispone de una bomba de calor geotérmica apoyada por 11 pozos distribuidos por la parcela que suministran calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria. La iluminación de todo el edificio es LED, y en la cubierta hay producción fotovoltaica con 19kWpic instalados. Un depósito enterrado de 20.000L permite recoger agua de la lluvia y utilizarla en un circuito cerrado para el riego de la plantación del edificio.