El edificio que comentamos es un pequeño refugio de montaña situado en La Molina, en el Pirineo oriental, cuyo uso preferente es la práctica del esquí y que queda formado por dos dormitorios, la habitación-estancia y los correspondientes servicios de aseo y cocina. Construido en su totalidad en mampostería, con algunos paramentos forrados en parte en madera, sobre todo en su parte superior y cubierto en una sola pendiente, juega con gran efecto el contraste de la masa oscura de la piedra y la madera con los claros de los recercados de huecos y la pura linea final de la cubierta. Todo él está concebido para hacer resaltar la horizontalidad de sus Iíneas, para lo cual va complementado con una amplia terraza volada de antepecho acentuado por su construcción con troncos horizontales, dando lugar a un bello efecto estético al que sacrifica, incluso, la pendiente del tejado algo escasa en clima de abundante nieve. Las diversas chimeneas rematan correctamente la construcción, siguiendo con gran sencillez las líneas de fachada. Bajo la estancia, y casi oculto por la gran terraza-solárium saliente, queda situado el garaje, efectuándose el acceso al mismo por una trinchera, solución asimismo no muy práctica en pleno invierno nevado.