El pabellón de vigilantes es un edificio aislado, implantado en una posición preestablecida por el cliente, subordinada funcionalmente a los requerimientos específicos de un complejo atómico. Bonet utiliza un casquete curvo, con el objetivo de pasar desapercibido en un paisaje agrícola de algarrobos, olivos y márgenes de piedra, según la mirada de Nicolau Rabasseda, colaborador de Bonet entre 1966 y 1972: “Estos proyectos tienen una base geométrica indudable y una parte sensorial y orgánica que tiene que ver con el modernismo. Bonet tenía muy claro que en un paisaje había que intervenir de manera neutra y pasar desapercibido, sin techos planos, lo más similar a la naturaleza. Por ejemplo, con la forma del huevo: un huevo es lo más neutro que hay, no tiene aristas, como sucede en un estudio de fotografía, que no debe haber aristas, se busca una ausencia total de formas. Pretendía intervenir en la naturaleza casi sin forma para que ésta (la naturaleza) fuese revelando todo su esplendor. Fue importante la influencia del modernismo en los racionalistas”. En efecto, Bonet opta por la estrategia del camuflaje con formas curvas revestidas con cerámica rota o trencadís, que dan un aspecto de reptil a los edificios. El edificio asemeja una tortuga descansando entre las rocas. Éste es un recurso propio de la arquitectura modernista catalana que fue particularmente explorado por Gaudí, por la utilización de formas geométricas no euclidianas, inspiradas en sus observaciones naturalistas, como el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide o el conoide. Geometrías que podemos observar en las cubiertas de La Pedrera (1906) y la casa Batlló (1904), obras también con aspecto de reptil. Según Oriol Bohigas, “en algunas obras de Bonet se puede reconocer el recuerdo del Gaudí que dejó en Barcelona”.

La Central Nuclear de Vandellòs-I es un conjunto de edificios para la producción de electricidad. Los edificios principales, objetos de este Registro, son el cajón del reactor y el silo de barras de grafito. En 1989, cesó su actividad de la central tras 17 años de funcionamiento a raíz de un incidente en la planta. La empresa propietaria, Hifrensa, llevó a cabo la descarga del reactor, la evacuación del combustible gastado, el acondicionamiento de los residuos de operación y la extracción de los residuos almacenados en los silos de grafito. Estas tareas finalizaron en el 1994. La segunda fase del desmantelamiento, a cargo de Enresa, está actualmente en marcha y tiene por objetivo acondicionar el emplazamiento y retirar las estructuras convencionales (central auxiliar, almacenes y oficinas). Se retira el bardaje del cajón del reactor y se inicia el proceso de descontaminación del silo de barras de grafito. Cajón del reactor El conjunto del reactor contiene tres partes, cajón del reactor, sótano de turbinas y salas auxiliares. En la actualidad, este programa se ha visto alterado por el proceso de desmantelamiento del que está siendo objeto a central. El cajón del reactor está en periodo de latencia hasta el año 2028. En su interior, se almacena la maquinaria original y las partes principales del reactor. Estos elementos están contaminados. El periodo de latencia permite reducir los niveles de radiación de estos materiales. El área destinada a las turbinas es, actualmente, el área de almacenes de Enresa. La turbina que originó el incendio de 1989 está enterrada. Finalmente, donde estaban ubicadas las salas auxiliares y sala de control están las oficinas y laboratorios de Enresa, que ha reutilizado la estructura original de hormigón para colocar el programa necesario para llevar a cabo su centro de investigación. Se ha retirado la totalidad de la envolvente original. El aspecto exterior del edificio de contención ha sido diseñado por Enresa. En su interior contiene la torre del reactor de planta hexagonal. Esta construcción todavía no se ha descontaminado. Silo de barras de grafito Es un edificio aislado, implantado según las necesidades de la empresa explotadora al lado del barraco de Lleria. Se utiliza una estructura de hormigón fuertemente armado para la construcción de los muros. Una vez descontaminado por Enresa, este edificio se muestra como una ruina. La degradación que podemos observar en el silo está provocada por agentes atmosféricos: sol, lluvia y viento y por la acción destructiva del ser humano. Estas acciones se pueden observar en las superficies de hormigón del silo tras el proceso de descontaminación. Ya sean surcos que producen las máquinas de repicado para sustraer la capa radioactiva.

El projecte respon a un programa per allotjar els treballadors de la central nuclear de Vandellòs, en una implantació propera a la central, projectada pel mateix Bonet Castellana. El terreny presenta suaus pendents orientats cap al mar i arbredes formades per oliveres, garrofers, figueres i una petita pineda. L’encàrrec establia que les construccions no malmetessin el paisatge i quedessin amagades per la vegetació. A l’àrea central hi ha quatre edificis: una residència per a treballadors solters, un club amb un petit equip d’assistència, una escola amb una llar d’infants i un supermercat. Al sector nord es destina una àrea per a 280 habitatges i una altra àrea d’ús col·lectiu. La trama per a vianants és formada per dues places unides per un ampli passeig, i queda complementada per uns camins secundaris que enllacen racionalment totes les zones. A l’entrada hi ha el pavelló dels vigilants, la centraleta telefònica i l’estació meteorològica, tots tres edificis coberts amb una cúpula de formigó armat recoberta de trencadís ceràmic de color groc, i suportada per esvelts perfils metàl·lics. El poblat s’ha concebut perquè els tècnics i els seus familiars puguin dur a terme una vida individual i col·lectiva completes.