Reventós se hace eco de las ideas higienistas y racionalistas en materia de vivienda social que en los años veinte focalizaban los debates arquitectónicos en la Europa central. En la casa Masana decide situar las escaleras en el lado de la fachada, de manera que sobresalen del plano y favorecen la entrada de luz y aire en estos ámbitos. También opta por suprimir los patios interiores cerrados y hacer penetrar en el edificio el mismo patio de la manzana. El exterior muestra un claro dominio de las formas puras y su articulación, con un primer orden en la planta baja marcado por una leve cornisa, y el coronamiento de la fachada con fábrica de ladrillo. Reventós construyó para el mismo propietario el edificio vecino de la calle Tamarit, donde establece una distribución en U en torno a un patio conectado directamente con el patio interior. Los volúmenes biselados y acristalados de la escalera contrastan con las ventanas —de dos tipos— de las viviendas, cerradas con persianas y sin enmarcamientos.
Ubicado en el distrito de Sants-Montjuïc, este grupo de viviendas se encuentra en el chaflán meridional de la manzana delimitada por las calles de Lleida, de Olivera, de Font Honrada y de Tamarit. Se trata de un grupo de nueve edificios de viviendas entre medianeras con un portal de acceso cada uno de ellos.
De planta rectangular y con dos pisos por rellano, la estructura en alzado de cada uno de estos edificios comprende planta baja, entresuelo, cuatro plantas, ático y azotea transitable. Sin embargo, estos edificios destacan por ser el primer ejemplo documentado de arquitectura expresionista barcelonesa.
Cada una de las viviendas presenta las mismas características compositivas, dando lugar a un conjunto unitario. La planta baja, totalmente revestida con placas de piedra caliza, abre sus tiendas en la calle por medio de grandes portales rematados por dinteles. Por su parte, las porterías que dan acceso a las viviendas se presentan enmarcadas por una especie de arquivolta con dintel que las dota de profundidad. La planta entresuelo también se presenta revestida con piedra y rematada por una llamativa cornisa. El resto de plantas se muestran revestidas con morteros rojizos que, originariamente, acogían decoración esgrafiada en verde a base de cenefas y formas geométricas (tal y como puede verse en los ejemplos conservados a lo largo de la calle de Olivera). La principal característica de estas edificaciones es el uso generalizado de ventanas rectangulares (a excepción de algunos balcones en la calle Olivera) y, sobre todo, el recurso de ubicar la escalera de vecinos en tribunas vidriadas de planta triangular visibles desde la calle. El ático se presenta acabado con obra vista de ladrillo rojo, marcando una composición horizontal que contrarresta la verticalidad de las tribunas.
Este grupo de viviendas propiedad de Josep Masana fue diseñado por el arquitecto Ramon Reventós i Farrarons en 1928, coincidiendo con el proceso de reurbanización que viviría esa parte del Poble Sec a raíz de la celebración de la Exposición Internacional de 1929. La importancia de esta obra radica en la utilización que se hizo, por primera vez en Cataluña, de un lenguaje formal expresionista, inspirado en las experiencias centroeuropeas en el campo de la vivienda masiva. Fue construida en varias fases entre 1929 y 1930. Esta obra entronca con el racionalismo expresionista europeo de ideario socialista, sobre todo con los Hofs de vivienda masiva en Austria y el Sur de Alemania.
Ramón Reventós, pese a ser un arquitecto poco conocido, tuvo un papel importante en la construcción de la Exposición Internacional de 1929 con obras como las Torres Venecianas de la Avenida Maria Cristina, el Teatro Griego, el Funicular de Montjuïc, el Poble Espanyol o el Hotel Miramar. Además, es el autor del Hotel Florida en la cima del Tibidabo. Su obra es mayoritariamente noucentista.