Edificio entre medianeras que ocupa la esquina entre la Via Laietana y la calle Joan Massana. Ambas fachadas se articulan mediante la torre poligonal situada en el chaflán. El bloque de la calle Joan Massana consta de planta baja, entresuelo y cinco plantas, mientras que la torre y el bloque de Via Laietana tienen un piso más.
La fachada de la Via Laietana es muy estrecha. En la planta baja hay una gran apertura rectangular que se corresponde con un local comercial, y el paramento es liso. En el entresuelo hay tres ventanas separadas por pilares que dan la apariencia de una gran ventana corrida; las tres se apoyan sobre un alféizar moldurado y el resto del paramento es liso. En los cuatro primeros pisos se abren puertas separadas por pilares que dan a balcones con la base de piedra y la barandilla de hierro; aquí el menaje dibuja unas líneas horizontales y el cuarto nivel está rematado por una cornisa lisa. En el quinto piso se abren dos ventanas y el paramento es liso, pero la parte superior está terminada como si fuera un gran capitel de una pilastra. El último nivel queda medio oculto por el vuelo de la decoración del piso inferior; tiene una gran ventana horizontal y el muro está rematado por una cornisa moldurada.
La fachada de la calle Joan Massana es mucho más larga y está dividida en tres partes. Las dos laterales son similares a la fachada de la Via Laietana y en la central se abren pequeños balcones siguiendo tres ejes longitudinales y el paramento es liso. La gran cornisa con forma de capitel recorre los tres tramos y de esta forma unifica la fachada.
La torre de la esquina tiene forma de medio hexágono. La planta baja y el entresuelo tienen características similares a otras, pero en la parte central hay un gran relieve, obra de Joan Rebull, titulado Bañistas, con motivos alegóricos de la marina. En la primera planta hay una tribuna poligonal en cada cara de la torre y en los pisos superior hay un pequeño balcón por planta excepto en el superior donde hay una ventana con el alféizar moldurado. La torre está coronada con la misma cornisa en forma de capitel de las fachadas laterales.
Este edificio pertenece a una época en la que Antoni Puig i Gairalt se iba alejando del Novecentismo para adoptar fórmulas del Art Déco internacional y que poco a poco le acercaron al racionalismo.
En el proyecto original esta casa iba pintada de color verde manzana, pero el Ayuntamiento se opuso por considerarlo demasiado atrevido. Entonces se pintó de color azul y amarillo, colores que la restauración realizada en 2016 recuperó.