Este edificio de viviendas en un chaflán del Eixample de Barcelona presenta un alzado que alterna franjas de vacíos y llenos con gran simplicidad compositiva. Las tres fachadas que conforman el chaflán están unificadas por balcones corridos, con los antepechos estucados de color beige y rematados con un pasamanos de tubo de acero. El plano de fachada es de color granate para aumentar el contraste y reforzar la profundidad del balcón. Es interesante la manera como se adelantan las ventanas de los comedores y quedan integradas en los balcones, consiguiendo un contrapunto vertical casi imperceptible. La composición del volumen muestra claras referencias al edificio de oficinas de hormigón de Mies van der Rohe, pero adaptado a uno de viviendas. La distribución de la planta es completamente funcional. Cuenta con tres viviendas por rellano, dos de las cuales dan al chaflán, mientras que la tercera presenta fachada a un pasaje lateral existente. Este pasaje permite que la mayor parte de las habitaciones del edificio puedan ventilar al exterior. Las zonas húmedas están agrupadas formando núcleos de servicio que ventilan a patios interiores: merece especial atención el núcleo central, compartido por las dos viviendas simétricas del chaflán. Debido a su formación noucentista, Duran i Reynals cambiaba de estilo con gran facilidad. Podía hacer un edificio neoclásico y otro racionalista simultáneamente, en función del encargo. En este caso, optó por el estilo racionalista ante la insistencia del marido de la clienta.

Edificio situado en el chaflán de la calle Còrsega con Roger de Llúria, en la Derecha del Eixample. La fachada principal adopta la forma achaflanada de las manzanas del Eixample, teniendo dos tramos cortos en cada calle y un tramo central más ancho en el chaflán. En la calle Roger de Llúria se abre un pasaje que lleva a los jardines de Carmen Vianda en el interior de la manzana, donde se encuentra la fachada lateral, mientras que en la calle Còrsega la casa hace medianera con el edificio de al lado.

Consta de planta baja, seis pisos y un ático que queda retirado del plano de la fachada y no es visible desde la calle. La fachada está marcada por grandes líneas horizontales que se corresponden con el muro de las terrazas de obra, pintadas de color crema, y el muro interior de las terrazas de color granate con las persianas marrones. Esta combinación de colores crea un juego cromático que da plasticidad a la fachada. Esta horizontalidad sólo se rompe en las esquinas donde unas columnas lisas marcan las aristas del chaflán.

Destaca la funcionalidad de la planta con tres viviendas por nivel.
Este edificio es uno de los iconos del Racionalismo catalán por ser uno de los primeros en adaptarse a los criterios del GATCPAC para su funcionalismo.