El proyecto parte de tres premisas: entender el valor de la historia de la Lealtad Santsenca (1928), una antigua cooperativa obrera del barrio de Sants; conocer con precisión el estado (físico) del edificio para aprovechar todo lo aprovechable; y ser sensibles a todo el proceso de colaboración que iniciaron las entidades del barrio en 2009 para recuperarlo.
Se plantean cuatro objetivos básicos: primero, aprovechar todo lo que fuera útil de la edificación original, derribando lo que no fuera reutilizable; segundo, trazar una estrategia de intervención definiendo aquellas acciones imprescindibles, de carácter más conservacionista o más aditivo, que permitan recuperar y aumentar el potencial de uso de todos los espacios; tercero, establecer un diálogo intenso – y tenso, si es necesario – con el contexto; y cuarto, elaborar una propuesta sostenible, tanto respecto a la preexistencia como a las nuevas intervenciones.
Inspirado en el Teatro Oficina de Lina Bo Bardi, el Atrio es un espacio intermedio bioclimatizado capaz de vertebrar todas las circulaciones a través de un conjunto de parcelas y escaleras que evocan la imagen de los andamios de obra. El edificio funciona térmicamente a partir de estrategias pasivas basadas en la inercia y el aislamiento; tres cubiertas ligeras permiten la iluminación natural y facilitan la ventilación.
El aumento de volumen de las cubiertas posibilita la captación solar: en invierno capta calor que se revierte mediante recuperadores; en verano se sobrecalienta el aire del estrato superior del Atrio, generando una convección muy potente que expulsa el aire caliente por las ventanas de las cumbreras, accionadas por sensores automáticos.