Los equipamientos se ubican en una parcela perimetral del jardín de Torregirona, sede del Rectorado de la UPC. El terreno presenta una fuerte pendiente descendente en dirección N-S y las calles Dulcet y Til·lers tienen una diferencia de cota en los extremos del solar de 6m de diferencia.
Se realiza la propuesta para dos usos distintos, el primero de ellos será una residencia de estudiantes a realizar en una primera fase y seguidamente se proyectará un edificio de oficinas con auditorio. La disposición de la residencia se realiza en tres alas, respondiendo a cuestiones de orientación y morfología urbana, pero también por la necesidad de respetar la existencia de un pabellón provisional de la UPC, situado en la parte S-E del solar, donde posteriormente se ubicarán las oficinas y el auditorio.
El ala A se alinea con la calle Dulcet, de acuerdo con los criterios de continuidad del edificio curvo de la plaza Güell y del cerramiento del solar. El edificio C se ordena según la ortogonal relacionada con el edificio del Rectorado y el edificio B pivota en función de la visión dinámica desde la curva de la Avenida dels Til·lers. Los edificios A y B agotan la altura permitida de PB+3, mientras que el edificio C se mantiene con dos plantas para evitar el impacto volumétrico con el jardín y el pabellón del Rectorado.
Los edificios B y C tienen una cubierta plana mientras que el edificio A tiene una cubierta curva que contiene las instalaciones centralizadas de calefacción y aire acondicionado, los paneles colectores de energía solar orientada al sur que producen el agua caliente sanitaria y calientan el agua de la calefacción. Los tres tipos de habitaciones forman tres alas unidas para un núcleo de comunicaciones centrales, aunque por cuestiones funcionales se prevé un ascensor complementario para estudiantes.
El edificio de oficinas está pensado como complemento morfológico de la residencia para hacer frente a un problema de "escalera" del jardín de Torregirona y todo el barrio de Pedralbes. Su acceso principal peatonal a la cota interior del Campus tendrá relación con la vía ajardinada que rodea el Rectorado y donde también está la entrada a la Residencia existente. Aquí se unen en dos accesos, compartiendo el porche, lo que brindaría una buena entrada en el auditorio, pieza importante del programa del nuevo equipamiento.
El nuevo bloque gira en planta, de modo que, volumétricamente, tenga una relación visual prioritaria con el de igual número de plantas de la Residencia, dejando triángulos de terreno verde. Con esta solución la nueva construcción se integra compositivamente con la existente y mantiene una relación coherente con el jardín del Rectorado y con el resto de las construcciones vecinas.
El estudio del programa indica que las cuatro plantas superiores son de superficies iguales y flexibles en cuanto a la distribución interna. El edificio crece en las plantas 0-1 al situar el auditorio, los vestuarios, el control de acceso y el almacén/archivo. La situación del programa en subterráneo permite el aprovechamiento de energías pasivas en cuanto a aislamiento.
La composición de la sección constructiva de las fachadas está pensada desde el confort acústico y térmico y, en este sentido, se piensa en una solución de fachada ventilada con protección solar en las ventanas, lo que condicionará el lenguaje arquitectónico, que interpreta de nuevo la morfología de las fachadas de la residencia existente.