'La Caixa' adquirió la finca Domènech de Canet de Mar que estaba compuesta por una masía del siglo XVIII, una casa construida por Domènech i Montaner y un jardín entre las dos. La intención era ubicar su sede bancaria, construyendo un pabellón en el jardín y adecuando la casa modernista, dejando para una actuación futura la restauración de la masía. Posteriormente, se cedió al Ayuntamiento de Canet de Mar y se convirtió en la Casa-Museo Domènech i Montaner. El proyecto se basa principalmente en la creación de un nuevo pabellón que relaciona de forma diferente la Casa Domènech y la antigua masía. La relación con la casa modernista se establece a partir de dos consideraciones básicas: el respeto por la singularidad arquitectónica del edificio y la conservación del carácter del jardín cerrado de la casa, que conformaba una imagen global de fuerte presencia urbana. Para conseguir estos dos objetivos se plantea construir un volumen cerrado que da fachada a la Riera, respetando la altura que tenía la tapia del jardín y que enlaza de forma coherente con el balcón exterior con el que termina la Casa Domènech sobre la Riera.

El paseo Picasso fue una de las primeras actuaciones del Ayuntamiento de Barcelona del período democrático. Se trataba de rehabilitar una zona dañada por los camiones que servían en el antiguo mercado del Born. El estudio comprende la rehabilitación y reutilización de los porches de Fontseré, la urbanización del paseo en dos franjas correspondientes al tráfico rodado y al de peatones y la apertura de una nueva puerta al parque. En el eje transversal del paseo que comunica visualmente el Mercado del Born con el magnífico edificio del umbráculo se sitúa el monumento: un cubo de cristal de 5 metros de arista que flota sobre un lago, albergando los muebles antiguos traspasados por vigas de hierro, según la alegoría imaginada por Antoni Tàpies. Unas largas piezas de agua protegen las pistas de petanca y los bancos de la zona peatonal donde se replantan los plátanos desaparecidos. Delante del edificio del Restaurante del Parque de Domènech i Montaner se plantan palmeras, sobre un existente parterre de césped, relacionándose con el ladrillo visto del Castillo de los Tres Dragones.

La definición del edificio como un elemento arquitectónico autónomo está expresado por tres parámetros normativos básicos: el plano de la base definido de 40x40m; un acceso desde la calle Juan de Austria; una altura máxima del edificio de 22m desde la calle y una capacidad máxima del edificio de 3.360m2 desde la base. La aplicación simultánea de estos tres parámetros ocurre en una propuesta que satisface requerimientos arquitectónicos, urbanos y funcionales. Un umbral de 40x40m de base con 8m de altura y a 15m respecto a la calle, origina un espacio que puede ser entendido como una puerta. La perforación del techo de esta disposición, a fin de dar luz dentro del patio, adquiere una gran importancia remarcada además por el tratamiento de la forja de la estructura metálica. Por último, el edificio evita convertirse en un obstáculo visual desde la calle Juan de Austria hacia el mar; por su orientación, el edificio siempre se encuentra en sombra, y, por otra parte, elevarlo respecto a la calle permite la visión de la avenida Icaria.

La editorial Montaner i Simó de Domènech i Montaner es el primer edificio del Eixample que integra la tipología y la tecnología industrial en el centro urbano. Como en muchos edificios del Eixample inicial, la editorial tenía una altura correspondiente a tres plantas, quedando encajonada respecto a la línea de cornisa del Eixample consolidado correspondiente a cinco plantas. La intervención más importante del proyecto consiste en solucionar el efecto de las dos grandes paredes medianeras de las casas vecinas, respetando totalmente el estado actual de la fachada de Domènech i Montaner que corresponde a una composición de edificio terminado. El esfuerzo por hacer compatible la contemporaneidad de la actuación con el respeto al edificio modernista y la necesidad de resolver el problema de la reducida altura del edificio, sugirió el tratamiento de la parte superior del mismo consiguiéndose el perfil del Eixample actual a base de prolongar la estructura que soporta la cubierta inclinada con unas largas jácenas que sostienen unas láminas de malla metálica. Por este motivo se crea una serie de ocho paneles semitransparentes, perpendiculares a la fachada, que en visión de corteza ocultan las medianeras y reconstruyen la línea de cornisa del Eixample. Este tratamiento tiene la ventaja de que, visto frontalmente, el canto de las ocho láminas prácticamente desaparece flotando sobre la fachada. Este conjunto metálico sirve de soporte a la intervención de Antoni Tàpies. Interiormente el proyecto intenta explotar la calidad espacial de la antigua editorial (esbeltos pilares de seis metros, disposición de forjados desnivelados respecto al nivel de calle, y luz cenital). La iluminación de las grandes salas de exposición originó la modificación del lucernario central existente y del sistema de cubiertas mediante la creación del típico shed orientado al Norte. Esta modificación sustancial, produjo una solución de cubierta unitaria que conjuga perfectamente con la cubierta de la biblioteca, de la que se conserva la estructura primigenia de cimbras de madera y las estanterías de la antigua imprenta.

L’escola se situa a l’extrem de ponent del carrer Canyeret, en un solar amb un fort pendent, allí on el carrer es fon amb el teixit del nucli antic. L’accés és al nivell superior, a través d’un gran porxo situat al punt culminant del Canyeret, amb una gran visió panoràmica sobre la ciutat. El programa queda repartit en tres nivells. Al nivell de l’accés hi ha tres aules. Al nivell intermedi n’hi ha quatre més, amb sortida a una terrassa pròpia. Al nivell inferior, que enllaça amb un carrer, hi ha la sala d’actes i els vestidors, connectats per una rampa i un túnel a la zona poliesportiva, situada a l’altra banda del carrer. La composició de l’edifici es basa en la forma del solar i la seva orientació, per tal d’adaptar-se al terreny i al sistema de murs ja existent.

Morfològicament l'edifici es configura com un "alter ego" dels seus veïns, quant al front que dona sobre el talús verd de contenció del riu, mentre la façana del Campus s’adequa a les condicions específiques d'edifici final de l'agrupació de facultats. Els dos accessos des del carrer Jaume II i Campus, venen indicats en façana, per unes grans obertures que ajuden a configurar el sentit circulatori del Hall. La forma corba del bloc corresponent als Departaments (més del 50% de la superfície), té una doble justificació: Per una banda els despatxos s'obren i ocupen el màxim perímetre orientat al Sud. Per altra banda, la concavitat interior afavoreix la concentració de les comunicacions verticals així com l'agrupació de la resta del programa i, exteriorment, la integració volumètrica amb l'edifici complementari veí, acabant la seqüència de les facultats del front de riu i ampliant l'espai en relació a la peça allargada de la residència d'estudiants ja construïda.

L’edifici és el resultat d’una actuació urbanística global sobre el barri del Canyeret, en el marc del Pla del Centre Històric de Lleida. L’estudi detectava la desconnexió entre el barri antic —amb el seu eix principal, el carrer Major— i la Seu Vella, a causa de l’abandonament i la despoblació del vessant de la muntanya ocupat antigament per aquest barri. El projecte es proposa revitalitzar la zona d’aquest vessant i restablir la connexió entre la ciutat vella i la Seu. Els estudis geotècnics varen recomanar l’establiment d’un mur de contenció tot al llarg del vessant, on s’hi podia recolzar una nova edificació amb façana a dos carrers amb cotes diferents. D’aquí neix un edifici longitudinal, adossat a la pantalla, que l’oculta i presenta una nova façana. El factor de connexió té lloc per mitjà d’una torre de comunicacions que permet accedir a tres nivells: el nivell de la base, proper al carrer Major; el carrer situat al coronament de la pantalla, i, finalment, l’antiga porta de la muralla de la Seu. La forma corba de la pantalla permet diferenciarla de les traces de la muralla de la Seu Vella i, a més, és la més adient per adaptar-se a la topografia natural del vessant.

El proyecto trata de restituir los valores tipológicos y morfológicos de este Palacio renacentista, situando los servicios de difusión y atención al público del Archivo. La actuación determina una remodelación del área de unas antiguas viviendas en las que se coloca el núcleo de comunicaciones verticales y los servicios públicos con el control general en planta baja de este núcleo. En las crujías útiles de planta baja se ubica la zona de exposiciones que tiene un acceso público independiente del resto del archivo. En la planta noble se sitúa el salón de actos, con un foyer que aprovecha la sala del artesonado existente y los despachos representativos. En la segunda planta, las crujías se dejan limpias, abiertas a diversos usos didácticos y administrativos, y se habilita un deambulatorio sobre la logia del patio para asegurar las circulaciones. En la plata tercera se ubican servicios internos. La actuación tiende a valorar el edificio como equipamiento público, subrayando la función del patio como espacio abierto a la ciudad, con el doble acceso desde la Plaza del Rey y la calle Comtes.

Los equipamientos se ubican en una parcela perimetral del jardín de Torregirona, sede del Rectorado de la UPC. El terreno presenta una fuerte pendiente descendente en dirección N-S y las calles Dulcet y Til·lers tienen una diferencia de cota en los extremos del solar de 6m de diferencia. Se realiza la propuesta para dos usos distintos, el primero de ellos será una residencia de estudiantes a realizar en una primera fase y seguidamente se proyectará un edificio de oficinas con auditorio. La disposición de la residencia se realiza en tres alas, respondiendo a cuestiones de orientación y morfología urbana, pero también por la necesidad de respetar la existencia de un pabellón provisional de la UPC, situado en la parte S-E del solar, donde posteriormente se ubicarán las oficinas y el auditorio. El ala A se alinea con la calle Dulcet, de acuerdo con los criterios de continuidad del edificio curvo de la plaza Güell y del cerramiento del solar. El edificio C se ordena según la ortogonal relacionada con el edificio del Rectorado y el edificio B pivota en función de la visión dinámica desde la curva de la Avenida dels Til·lers. Los edificios A y B agotan la altura permitida de PB+3, mientras que el edificio C se mantiene con dos plantas para evitar el impacto volumétrico con el jardín y el pabellón del Rectorado. Los edificios B y C tienen una cubierta plana mientras que el edificio A tiene una cubierta curva que contiene las instalaciones centralizadas de calefacción y aire acondicionado, los paneles colectores de energía solar orientada al sur que producen el agua caliente sanitaria y calientan el agua de la calefacción. Los tres tipos de habitaciones forman tres alas unidas para un núcleo de comunicaciones centrales, aunque por cuestiones funcionales se prevé un ascensor complementario para estudiantes. El edificio de oficinas está pensado como complemento morfológico de la residencia para hacer frente a un problema de "escalera" del jardín de Torregirona y todo el barrio de Pedralbes. Su acceso principal peatonal a la cota interior del Campus tendrá relación con la vía ajardinada que rodea el Rectorado y donde también está la entrada a la Residencia existente. Aquí se unen en dos accesos, compartiendo el porche, lo que brindaría una buena entrada en el auditorio, pieza importante del programa del nuevo equipamiento. El nuevo bloque gira en planta, de modo que, volumétricamente, tenga una relación visual prioritaria con el de igual número de plantas de la Residencia, dejando triángulos de terreno verde. Con esta solución la nueva construcción se integra compositivamente con la existente y mantiene una relación coherente con el jardín del Rectorado y con el resto de las construcciones vecinas. El estudio del programa indica que las cuatro plantas superiores son de superficies iguales y flexibles en cuanto a la distribución interna. El edificio crece en las plantas 0-1 al situar el auditorio, los vestuarios, el control de acceso y el almacén/archivo. La situación del programa en subterráneo permite el aprovechamiento de energías pasivas en cuanto a aislamiento. La composición de la sección constructiva de las fachadas está pensada desde el confort acústico y térmico y, en este sentido, se piensa en una solución de fachada ventilada con protección solar en las ventanas, lo que condicionará el lenguaje arquitectónico, que interpreta de nuevo la morfología de las fachadas de la residencia existente.