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Torre Teresa Ametller
Lluís Bonet i Garí, Josep Sala Comas
La torre de Agell, por sus proporciones, toma un carácter señorial. La tipología adoptada nos acerca a la característica de los palacios medievales, ya que la planta cuadrada genera en medio un patio y, en su entorno, una galería. La disposición, en dos de los flancos del edificio, de dos torres que sobresalen de la volumetría recuerda a los palacios fortificados. El edificio, de dos plantas, tiene la cubierta de tejas planas de encaje, a cuatro vertientes, y con una barbacana sostenida por cartelas. El porche semicircular que da acceso a la entrada se rodea por columnas jónicas que sustentan una terraza descubierta en el primer piso. En la fachada opuesta hay una terraza porticada, en cuya dovela central está representado el relieve de un almendro, emblema de la familia propietaria original. La disposición del acceso principal; la aparición de terrazas y porches donde se alternan columnas jónicas y, en otros, arcos de medio punto, dan al edificio ciertos ecos medievales y, a la vez, clásicos. En las aperturas, la aplicación de esgrafiados con detalles de filigrana (obra de Joan Mirambell) y en uno de los lados la disposición de un banco empotrado con el respaldo de baldosas decoradas (obra de Francesc Domingo) acaban de dotar al edificio de un carácter noucentista. Este banco está alicatado con cerámica de cenefas y motivos florales y, en lo alto, hay tres dibujos. En el del centro aparece un almendro con la inscripción "El almendro, árbol de Catalunya". Los dibujos laterales muestran a una chica con una cesta de flores y un labrador. Al tratarse de una torre aislada, fue el arquitecto Rubió i Tudurí quien proyectó el extenso jardín estructurado geométricamente por la topiario, dejando que las once hectáreas de bosque que rodean la finca crecieran de forma más espontánea. La torre se edificó en una extensa finca rústica muy cerca de la antigua capilla de Santa Elena de Agell, mencionada ya en el siglo X, y del Mas de "Ca l'Arnó", hoy denominado "Cals Frares" (1235 ), que durante unos años fue la masovería de la propiedad. Los terrenos eran, desde el siglo XVIII, propiedad de la familia de Teresa Amatller i Cros (1873-1960), hija del prestigioso chocolatero, que fue su promotora. Un primer proyecto se debe a Josep Sala i Comas, pero, en 1918, fue Lluís Bonet i Garí quien se hizo cargo. En 1943, Antoni Amatller dio la casa a la Sección Femenina, que la destinó a un albergue. Recientemente, la Generalitat de Cataluña adquirió la casa y la condicionó para que funcionara como albergue de colonias. Las obras de reconstrucción de tejados, restauración y consolidación de fachadas y añadidura de una nueva construcción fueron dirigidas por el arquitecto Agapit Borràs. En la actualidad, el edificio forma parte de la red nacional de albergues sociales de Cataluña.1918
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Casa en el Maresme
Studio PER, Pep Bonet Bertran, Cristian Cirici i Alomar
Esta casa, proyectada inicialmente como residencia de una familia, ha sido sometida, con posterioridad, a diversas ampliaciones y el ajardinamiento del espacio exterior que le rodea, y que inicialmente no se contemplaron para no sobrepasar un presupuesto limitado. No se ha construido ningún tipo de separación arquitectónica entre la zona que se utiliza como jardín privado y el resto de la propiedad de uso agrícola. Todo el programa se desarrolla en una sola planta en forma de T, con los brazos orientados hacia el sur. La fachada está protegida del sol del verano por un porche de cubierta en pendiente, que es la prolongación de la cubierta a dos pendientes de teja de toda la casa. Está construida a base de dos hojas de paredes de ladrillo, el exterior de color natural y el interior pintado de blanco. La cubierta de tejas se apoya sobre vigas de madera que, a su vez, se apoyan sobre la pared interior de ladrillos. Cuartos de baño y cocina están recubiertos, parcialmente, con piezas rotas de mármol.1982 - 1983
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1999
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2009
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Viviendas en Cabrera de Mar
TwoBo Arquitectura, María Pancorbo, Luis Twose Roig, Alberto Twose, Pablo Twose
Llenar un hueco urbano. El edificio acoge en la cara norte la proporción de huecos, colores y composición del casco antiguo de Cabrera de Mar, sin renunciar a un lenguaje más contemporáneo que se expresa con mayor intensidad en la cara sur, abierta al sol y a las vistas. Aquí la estructura de hormigón crea unas celosías que actúan como un gran filtro, formando logias y pérgolas que protegen el interior de las viviendas. La vivienda se extiende por ambos extremos; en la cara norte se apropia de los espacios comunitarios o se abre a la calle mediante grandes aguas. En la cara sur se abre a la exposición del sol y la vida abierta a terrazas o patios. Cada vivienda busca una transición fluida entre estos dos polos, mediante recorridos circulares, simples y dobles, o en las largas visuales diagonales que cruzan la planta. En el centro se sitúan volúmenes (baños o armarios) que articulan y posibilitan todo ese movimiento. Empleo de materiales sencillos pero de clara expresión: hormigón, madera de pino y cerámica.2019