Reforma de un antiguo edificio medieval entre medianeras con cubierta a dos vertientes. La parte baja del edificio es de sillares y la parte alta de ladrillo. De la fachada destaca un balcón con dos arcos muy complejos sostenidos por columnas helicoidales y un alféizar de tracería de piedra; el balcón es sostenido por grandes ménsulas y cartelas. Debajo del balcón, hay dos puertas de entrada de arco ojival. El resto de las ventanas, con los umbrales, presentan soluciones diversas dentro de un gusto revival goticista. El edificio está coronado por un gran alero soportado por cartelas y cerámica entre ellas. En la parte N existe una torre poligonal con el reloj. En la otra parte, un pináculo sostenido por una escultura femenina.

El Ayuntamiento está situado en la Plaça de la Porxada, espacio público principal de Granollers, escenario del tradicional mercado de los jueves. En su entorno, hay edificios medievales y renacentistas.

Pertenece a la red de construcciones de finales del siglo XIX y principios del XX; época de una gran actividad económica y constructiva al tiempo que la ciudad crece buscando vías de comunicación, creando el ensanche.

Edificio entre medianeras. Tiene planta baja, dos plantas piso y una cubierta de teja a dos vertientes. Fachada de sillares en la primera planta y el resto estucada con aparejo de ladrillo. En la planta baja, hay arcos de piedra apuntados en los portales de entrada e imposta a nivel de capitel que enlaza con el guardapolvo de la ventana geminada de arco sinuoso. En la planta piso, destaca especialmente el balcón-galería con arcos de perfil sinuoso sostenidos por columnas helicoidales, la barandilla de tracería y la losa soportada por ménsulas. Dos ménsulas enlazan con la llave de los arcos apuntados, ventana coronella de arco lobulado con guardapolvo y follaje. La fachada está coronada con una potente barbacana con relieves cerámicos entre las ménsulas, limitada al norte por una torre de planta octogonal acabada con barandilla de tracería y pináculos, que contiene el reloj, y al sur por un esbelto pináculo sostenido por una ménsula con una figura femenina. Los elementos formales y decorativos (umbrales, aperturas, balcón) son goticistas, obra de Josep M. Barnadas que dan al conjunto un carácter neogótico (CUSPINERA et alí, 2001; PATRIMONIO, 1985).

A lo largo de la época medieval Granollers va cambiando de jurisdicción (real o señorial) en función de los intereses políticos de cada momento. En los momentos en que perteneció al dominio real, la villa fue obteniendo privilegios que favorecían su organización municipal, como por ejemplo la exclusividad de la justicia real (1219), la elección de alcalde, la elección de cuatro jurados (1356) y la imposición de tributos municipales (1366) vinculado a la construcción de la muralla. En 1418 Granollers pasó definitivamente a poder real y a partir de 1500, con la instauración de la insaculación varios privilegios reforzaron la autonomía de la villa, que anticipaban el gran momento de Granollers, el siglo XVI (GRANOLLERS, 2001). Se ha definido el siglo XVI como el "siglo de oro" de Granollers. El consejo de la Universidad proporcionó, entre otras cosas, el oro necesario para dorar la cruz parroquial de plata construida por Gracià Ferris, en Barcelona en 1561, y se adquirieron varios vestimentos litúrgicos, así como mobiliario, una campana y un órgano nuevo; se entregaron 200 ducados a la corona para la conquista de Argel y Bugia, se enviaron hombres a Perpiñán para ayudar a la fortificación de esa villa, se ayudó económicamente al sostenimiento de varios conventos y se reformaron las puertas y torres de la muralla. También se renovó el privilegio de acuñar moneda y se facultó a la villa para organizar el abastecimiento de grandes cosechas en el término para asegurar las necesidades de la villa y las peticiones de Barcelona y alrededores. En esa época se dice que Granollers tenía 500 casas y se dice que había muchos mercaderes y un notario, así como otras personas que vivían de sus rentas. En 1716 consta que la población tenía 1.359 habitantes con 337 casas habitadas y 82 deshabitadas (BAULIES, 1965). En el siglo XVI Granollers había crecido considerablemente siendo el centro comercial más importante de buena parte de Cataluña, con su feria de los jueves. Los habitantes de Granollers practicaban oficios y daban sus servicios al campesinado de municipios de un buen radio alrededor. Casi todos los habitantes pertenecían a una cofradía, bajo la que se agrupaban los diversos oficios (SESÉ, 1987a). En el siglo XVI, Granollers sobrepasa sus murallas medievales, extendiéndose por las calles de Corró y Barcelona. Significaba el triunfo de la clase menestral y el aumento del poder de las ciudades y el real. En ese momento la villa de Granollers fue capaz de construir la Porxada, empedrar las calles, se construyeron nuevos edificios, acuñó monedas y se hizo una nueva casa de la Villa (1581-1582). Este aumento de poder del Ayuntamiento deriva del control sobre el mercado y los impuestos que pagaba. Existían los cargos de Pessador, Mostassà o Palloler que en 1584 tendría un edificio propio: "El Pallol" o almacén de grano. En principio la Porxada fue pensada como cobijo para el palco de grano, ya que el Ayuntamiento tenía el monopolio del trigo, y a su alrededor se iban poniendo los otros productos: hortalizas en la plaza del Oli, legumbres en la del Blat, barro en la de les Olles, etc. (SEXTO, 1987a). En el siglo XVII y XVIII el Ayuntamiento de Granollers había estado en la antigua prisión (ESTRADA, 1993). Su arquitecto reformador, Simó Cordomí y Carrera, actuó sobre un antiguo edificio medieval ubicado en el centro del recinto medieval amurallado y de la antigua casa de la familia Uyà (GARCIA-PEY, 1990). El trabajo de forja se hizo en Can Guidons de Granollers (GARCIA PEY, 1990). La carretera sustituyó al Camí Ral en 1848 y el ferrocarril el 23 de julio de 1854. La segunda línea de ferrocarril llegó a Granollers en 1875. La conjunción de estos elementos de comunicación hizo que Granollers tomara un gran vuelo e iniciara el proceso de industrialización sin dejar de lado la actividad mercantil y la agrícola, aunque quedó muy mermada a partir de 1885 (SESÉ, 1987b).

Protegida en el PEPHA de 1985 y propuesta de protección al nuevo PEPHA Ficha. Nº. P-12. (Continuación historia) En 1787 Granollers cuenta con 1.737 habitantes. En 1827 son 2.796. En 1842 son 3.032, llegando a 4.702 en 1860 ya 6.208 en 1887. En cien años, pues, se produce un salto demográfico espectacular, variando su fisonomía desde la antigua villa hasta una mucho más aproximada a la actual (SESÉ, 1987b). En cuanto a la historia política, la tercera guerra carlista fue especialmente fuerte en el Vallès. El 17 de enero de 1875, 3.000 carlistas a las órdenes del comandante general de Cataluña, Rafael Tristán, entraron en la Villa y la saquearon, destruyeron las fortificaciones, el archivo municipal y los libros del Registro Civil y se llevaron al alcalde, Pere Maspons, y a otros 34 vecinos que no fueron liberados hasta el 15 de febrero tras pagar un rescate de 175.000 pesetas aportadas por suscripción pública y un empréstito municipal (SESÉ, 1987b) (TINTÓ, 1994). Los servicios públicos tuvieron grandes mejoras en el último tercio del siglo XIX: el alumbrado de petróleo (1872), sustituido por el de gas (1881), Correos y Telégrafos (antes de 1885), el Matadero Municipal (1876), el cuerpo de Bomberos (1878) y la nueva estación del Norte (1886) y el nuevo Cementerio (1894) (SESÉ, 1987b). Otro conflicto bélico, y concretado en los hechos de octubre de 1934, trajo ciertos destrozos al edificio, cuando la metralla del ejército que quería entrar en la Casa de la Villa, además de estropear de cierta documentación del Archivo, genera ciertos destrozos aparatosos en la fachada y oficinas municipales.