El Instituto de Enseñanza Secundaria Juan Manuel Zafra se encuentra en la calle Rogent, 51, en el Eixample derecho de Barcelona. El primer edificio y principal fue construido a principios del siglo pasado con una clara estética modernista postindustrial. A finales de la década de los ochenta, la escuela de formación profesional se plantea su ampliación como consecuencia de la insuficiencia de espacios docentes y la dificultad de adecuación de la escuela a los nuevos programas escolares. En esta situación se plantea la construcción de un nuevo edificio que alojara todo el programa docente teórico, dejando en el antiguo edificio las aulas de práctica, talleres y administración del centro. Asimismo, en el nuevo edificio deberá situarse el programa de soporte deportivo en la escuela consistente en una sala polivalente-gimnasio y vestuarios. La disponibilidad de suelo de la escuela era muy limitada y se reducía en el patio de juegos. Éste se encuentra en el hueco dejado por las edificaciones en el número 598 de la calle Provença. Este espacio de dimensiones muy ajustadas estaba además flanqueado por las grandes medianeras de los edificios de viviendas contiguas. Una de las decisiones más importantes fue mantener el carácter de patio interior de manzana abierto en la calle Provença y así liberar visualmente a la antigua escuela. Por tanto, el nuevo aulario tan sólo se podía situar en uno de los laterales cortos del patio, y encajado entre dos medianeras de los dos edificios colindantes. La longitud reglamentaria de la cancha de juegos fijó de forma inamovible la posición de la fachada. Este hecho supuso un ejercicio de continencia y compactación del programa en altura. Con esta situación surgió la idea de considerar como prenda principal el volumen definido por las doce aulas como una caja suspendida en el espacio y presidiendo el patio de juegos. El resto de programa, servicios, tutorías, escalas y otros se engancha literalmente a las medianeras existentes, resolviendo la falta de ortogonalidad de estas. Las circulaciones que se producen entre la franja de servicios y las aulas todavía enfatizan más esa autonomía del volumen principal. El resto de programa se sitúa por debajo de la cota de acceso desde la calle Provença. El gimnasio, como gran espacio vacío, se ubica en la planta sótano a doble altura y con visión directa desde el porche de acceso. El hecho de mantener la cota de la pista deportiva al mismo nivel que la planta baja de la antigua escuela permite optimizar las circulaciones internas de la escuela y realizar una valla menos alta a una escalera más humana. Creemos que el rigor programático y la racionalidad a la hora de plantear su construcción han favorecido la claridad final de la intervención.