Ubicada en el distrito de Ciutat Vella, la Casa del Gremio de los Caldereros afronta con la plaza de Sant Felip Neri en su única fachada. Se trata de un edificio entre medianeras formado por planta baja, principal y una planta superior. Su planta es irregular, ya que se construyó de nuevo llenando los huecos de una parcela ocupada por un edificio y parte de otros destruidos por los estragos de la Guerra Civil. La fachada es un buen ejemplo de soluciones híbridas combinando elementos clásicos y barrocos en las aperturas pero conservando una composición de fachada propia del renacimiento catalán. Presenta una composición simétrica con un solo eje vertical de aperturas. En la planta baja encontramos un portal monumental pétreo de estilo neoclásico con columnas adosadas corintias y entablamento muy rico en decoraciones. Este tiene un medallón en el centro con dos figuras que aguantan un escudo con simbolismo supuestamente del gremio. El entablamento está coronado por elementos decorativos e incluye dos ménsulas que inician la composición clásica que alberga la ventana del primer piso. Esta composición repite el esquema de abajo en una escalera más reducida, pero con el añadido de una gran arquivolta de piedra que aporta reminiscencias góticas. En este nivel también se encuentra un medallón de grandes dimensiones entre el entablamento y la arquivolta. Por último, el segundo piso presenta una apertura rectangular enmarcada por pilastras corintias y entablamento clasicista. Su cubierta es plana con un alféizar de piedra formado por la misma fachada y coronado por una cornisa clásica con molduras de garganta y diente de perlas en la parte inferior. Para desaguar la cubierta justo debajo de la cornisa hay tres gárgolas de piedra formalizadas en tres figuras de mamíferos alados o pájaros fantásticos de inspiración mitológica. La totalidad de la fachada es de obra de fábrica de sillares de piedra que se convierte en un magnífico lienzo desde el que resalta este eje de aperturas, protagonista contundente de la fachada, sólo complementado por una pequeña ventana en planta baja de líneas muy austeras. La tipología arquitectónica a la que pertenece el edificio podría identificarse como renacentista atendiendo a la simplicidad y rigor de la composición de la fachada. Sin embargo, presenta profusión de complejos detalles clásicos en las aperturas principales de la fachada. El edificio como tal es de mediados del siglo pasado, puesto que la parcela estaba vacía tras la destrucción del edificio existente por las bombas franquistas durante la Guerra Civil. La fachada trasladada tenía su emplazamiento original en la calle de la Bòria dando a la plaza dels Àngels con una arcada que pasaba por encima un pequeño callejón, la calle Fileteres. En este emplazamiento había aguantado el bombardeo de 1714, pero este sector se vio afectado por la apertura de la Via Laietana de 1911. Sin embargo, la fachada fue salvada y trasladada inicialmente a la plaza Lesseps, un lugar donde se encontraba realmente fuera de contexto. En 1959 se trasladó de nuevo, esta vez a la plaza de Sant Felip Neri, que había sufrido los estragos bélicos antes citados. La arcada que no se utilizó en este nuevo edificio se utilizó en el vecino edificio también para dar paso a un callejón, Montjuïc del Bisbe, para permitir uno de los dos accesos a la plaza. Debida probablemente a la familia de los Mora, esta construcción, conocida habitualmente como Casa del Gremio de Calderers, la levantaba en la calle de la Bòria, sobre el portal de Filateres, junto a la plaza de l’Àngel. Al reestructurarse la calle debido a la apertura de la Via Laietana, la fachada del edificio fue trasladada en 1911 a la plaza Lesseps donde fue reconstruida. Nuevamente trasladada a los años cincuenta, fue a parar al actual emplazamiento de la plaza de Sant Felip Neri.