Coderch resuelve la suave pendiente del terreno mediante un desnivel sobre el que se solapa la casa. En la parte superior está la entrada y el aparcamiento, un grupo de dos dormitorios y el dormitorio principal con su estudio. En la parte de abajo hay otros dos dormitorios, las dependencias diurnas y el ala donde se sitúan la cocina y las dependencias del servicio. Los dormitorios situados en el norte siguen la disposición en el rellano y el escalonamiento en sección. Cada uso diferente de la casa dispone de su propia fachada, claramente separada de las demás por medio de la prolongación de los muros. Al orientarse al noreste, la casa busca la luz a través de un eje transversal que va desde el aparcamiento hasta la sala de estar, y que tiene como elemento principal un patio interior que permite entrada de la luz del sur. Este patio se convierte en un núcleo central que organiza todas las circulaciones, por lo que toda la vida de la casa gira en torno a su luminosidad.

Detrás de la sierra de Collserola, la Casa Luque está construida sobre una parcela que se orienta y baja en una suave pendiente hacia el noreste, en dirección a un campo de golf. El esquema es el mismo que el de la Casa Catasús, volviendo a la T, pero con un programa mucho más amplio. En la ordenación de las tres alas funcionales, en este caso la que se dispone de forma transversal es la del servicio, de forma que la sala de estar y las habitaciones quedan orientadas de una misma manera, retranqueando las estancias en el caso de los dormitorios. La zona de relación se coloca como pabellón adosado al resto de la vivienda, destacando la virtud hacia el resto de disfrutar de forma privilegiada del paisaje.
La entrada se hace a través del parking, dando a un vestíbulo que encuentra a su izquierda un patio que organiza todo, pero que queda desviado del eje de circulación y anula la simetría.
En la sala se alcanza la plenitud espacial: en las dos direcciones perpendiculares marcadas, como herramientas cardinales, encontramos ante nosotros el paisaje; a la derecha, el jardín con la piscina; a la izquierda, el porche, y detrás de nosotros y como contrapunto, la luz que entra a través del gran patio. En la independencia espacial del salón colabora el cambio de cota marcado por los escalones que acompañan al recorrido longitudinal del patio.