El proyecto viene sugerido por la naturaleza peculiar del encargo: dos viviendas con diferentes programas que comparten un mismo solar, boscoso y en pendiente. Ambas casas siguen las mismas pautas generales, independientes de la particularidad de cada programa. Se enfatiza la cota cero, que determina claramente los usos de abajo y los de encima; debajo hay aparcamientos, talleres, depósitos de agua, con accesos desde los extremos del solar. Encima, cada programa se desarrolla con independencia en dos niveles. Como elemento común, tenemos la franja de bosque central, compartida por ambas casas a través de dos soportales enfrentados. La casa M1 es para una pareja y su hijo pequeño. La casa M2 es para un profesor que pasa largas temporadas fuera de Barcelona y alquila una parte de la casa a otros profesores. Los materiales y la disposición de las ventanas evocan deliberadamente la iconografía arquetípica del mundo doméstico.
Estaba esa escultura de Joel Shapiro de 1974 (Untitled).
Un perfil de bronce oscuro simulando un terreno artificial en forma de L, atornillado por uno de los extremos en la pared de la sala de exposiciones. Una pieza de pequeño tamaño que explica la fascinación por las bases. Sobre ese balcón volado, Shapiro sitúa una pequeña pieza de hierro negro muy densa y pesada con relación a sus dimensiones que describe el icono de una casa con sus dos cubiertas.
Un balcón suspendido de una pared, una primera construcción que explica cómo las mesas sirven para disponer cosas sobre o debajo de ellas.
Ideas de la misma fuerza expresiva las habíamos encontrado en la serie ‘Salto en el vacío’ de Ángeles Marcos (Puente, 1986).
Las casas m&m se construyeron con ese mismo principio.
El proyecto de las casas m&m, como las llamamos en el despacho, se remonta a 1999. Unos amigos nos ponen en contacto con tres arqueólogos, profesores todos ellos de Prehistoria de la Universidad de Bellaterra, que querían hacerse una casa. Llevaban varios años viviendo juntos.
Desde los laboratorios de la Universidad donde tienen sus despachos, veían el arroyo de Malena, un espacio natural protegido, y, un poco más allá, entre los pinos, algunas viviendas de una urbanización.
m&m nos pidieron que fuéramos con ellos a visitar la zona. El proyecto empezó con la elección del solar. Desde esta primera visita, y durante todo un año, el bosque fue convirtiéndose en nuestro refugio.
Teníamos un encargo para una gran casa, pero finalmente decidimos hacer una casa en dos: una casa por la que comparten un corredor vegetal de 10m de ancho que se ubica entre las dos y al que miran los respectivos balcones, un espacio donde el bosque de la riera, casi tan salvaje como nos lo encontramos el primer día que visitamos el sitio, penetra en el solar. Un espacio que se ha convertido en la mejor habitación.
Ambas casas se encuentran situadas sobre sendas plataformas a modo de “mesas” con techo. Estas plataformas proporcionan una cota cero que soluciona la fuerte pendiente del solar. Debajo de las mesas se encuentran los aparcamientos, los talleres, los depósitos de agua de lluvia y un par de salas parcialmente hundidas en el terreno. Estas salas, con unas ventanas bajas alargadas, el próximo invierno tendrán las paredes cubiertas con los matorrales del sotobosque que sube desde la riera. Desde cada una de estas ventanas rozando el suelo se podrá ver el bosque en una vista rasante e inusualmente sumergida en el terreno.
Sobre las plataformas se encuentran las casas. Ambas tienen dos plantas de altura y un balcón que funciona como lo hacen los corredores exteriores de un barco, mirándose el uno al otro.
Los cierres son extremadamente económicos: ladrillo rojo y carpintería de aluminio con grandes marcos de 12 centímetros que se muestran en el exterior. Cada casa tiene desarrollos distintos en programa y superficie.
En m1 vivirá una pareja y su hijo pequeño. Posteriormente se ha sumado un perro a la familia.
Las piezas principales son una sala en torno a la cocina que es el corazón de la casa, mirando hacia el porche de entrada. La sala tiene un pequeño pabellón que funciona como espacio de lectura. La segunda pieza principal de la casa es el estudio que se ubica en la fachada posterior mirando hacia la densidad de la riera. El estudio está parcialmente a doble altura. Tiene una ventana alargada de 5 metros de alto con una puerta que da a un pequeño balcón.
La ventana tiene la misma proporción que los pinos. Las ramas muertas de los árboles que no hemos saneado pueden tocarse desde el balcón.
m2 son varias pequeñas casas juntas.
El propietario vive durante largas temporadas fuera del país, por lo que alquilará algunas partes de forma eventual a otros profesores de la Universidad.
Cada una de las piezas debe ser independiente. Los espacios comunes son una cocina y una pequeña sala que da al porche de entrada, y una sala más amplia situada en el sótano, entre los matorrales del terreno.
Los materiales son muy austeros: ladrillo de formato 10x30x15, bloque de hormigón barnizado, bancos corridos de hormigón...
El suelo es de un terrazo amarillo intenso que preparamos especialmente para la casa. El color contrasta con la humedad del bosque exterior.
Una pared de cada casa, ubicada en los pasillos y que contiene los armarios, está cubierta de madera.
El coste de ambas casas, tal y como explicamos al empezar el trabajo, es equivalente al precio de cualquiera de las casas que existen en los alrededores.