Se trataba de transformar un edificio de despachos por un nuevo uso de viviendas, obra del arquitecto Roberto Terradas Via del año 1962, considerado Bien de Interés Urbanístico con nivel de protección C en el catálogo de Patrimonio de Barcelona.
Una vez realizadas las consultas con los hijos del autor y vista la necesidad de adaptarlo a la normativa actual y a los criterios del código técnico, la rehabilitación de este patrimonio moderno se hace con un gran respeto a la propuesta original.
Respetando los criterios compositivos de la fachada a la calle Rosselló y la fachada a los jardines del Palau Robert, se restituyen los materiales como la piedra caliza blanca, el granito gris y la cerámica de color, incorporando cerrajería y nuevas carpinterías de acero. Conservando la traza original, se crea un conjunto de ventana pivotante de eje vertical con alféizar de vidrio que incorpora persianas orientables de lamas horizontales en el interior de sus cristales solucionando temas de seguridad, estanqueidad, ventilación, insolación y aislamiento, así como la limpieza de los cristales desde el interior gracias a las tres posiciones de apertura de la ventana, 10, 30, 90 cm.
El cierre de la planta baja respeta la solución retranqueada original adaptándola al nuevo uso del edificio enfatizando el pilar de hierro remachado, reconstruyendo la antigua marquesina y creando un nuevo vestíbulo con doble ámbito de acceso.
Los espacios comunes, tales como vestíbulo, rellanos y patio interior se tratan con materiales de la época tales como el pavés, la cerámica, la madera y el hierro respetando la ideología formal del proyecto de Roberto Terradas Via.
En los interiores de los pisos, la distribución propuesta permite cierta flexibilidad y la visión desde la zona noble del conjunto unitario de las cuatro ventanas.
En los áticos, porches y espacios intermedios de terrazas, así como las instalaciones técnicas comunitarias se ordenan con criterios de respeto al antiguo edificio y al medio ambiente.