A partir de la función pedagógica y social de la edificación escolar, proponemos que la implantación de este nuevo centro ayude a vertebrar el entorno en el que se encuentra, actualmente poco configurado desde un punto de vista urbano.
El hecho de optar por un edificio de una sola planta permite organizar la vida escolar a través de un eje central -que da acceso a todas las dependencias- lo que actúa al mismo tiempo de zona de tráfico y de encuentro, con una clara vocación de ser utilizado, en su caso, con fines pedagógicos.
La solución que presentamos propone un sistema modular de aulas y espacios de servicios, que da flexibilidad en sus usos. Los patios quedan determinados por la misma disposición de las aulas, consiguiendo un conjunto articulado y de marcada personalidad.
El acceso independiente a las pistas deportivas y al gimnasio (que puede ser utilizado de forma polivalente), situados en un extremo del recinto escolar, permite que pueda ser utilizado fuera del horario escolar y, tal vez, relacionado con el futuro complejo polideportivo que se prevé construir en Palau de Plegamans.
Este planteamiento, junto con la elección de materiales para la construcción (hormigón, obra vista, aluminio...), optimiza su mantenimiento, tanto en lo que se refiere a limpieza como al envejecimiento natural de las construcciones. También creemos que el exterior debe ser tratado con la vegetación autóctona del Vallès.
El Centro de Educación Infantil y Primaria se sitúa en las afueras del centro urbano de Palau de Plegamans, vertebrando una zona donde coexisten edificaciones aisladas de baja calidad con un nuevo crecimiento urbano de viviendas adosadas, terrenos agrícolas y la presencia de la riera de Caldes.
El programa funcional consiste en seis aulas de educación primaria y aulas complementarias, tres preescolar y unas zonas comunes de comedor y zona deportiva. Dos decisiones caracterizan el proceso de proyecto: desarrollar el programa en una sola planta y considerar los recorridos interiores, uno longitudinal y otro transversal, como ejes vertebradores de la vida escolar.
La suave pendiente norte-sur del solar provoca un cambio de cota altimétrica de 1,70m. La adaptación topográfica del proyecto sobre este eje permite, a través del juego de la cubierta, albergar el acceso principal, así como las partes del programa que necesitan mayor altura – comedor, cocina y gimnasio. La pendiente de la cubierta se extiende a ambos lados del eje para acoger las aulas de primaria e infantil. Desde el acceso y dirección este-oeste se desarrolla el programa de educación primaria a través de un corredor central que distribuye una doble crujía.
Las aulas orientadas a sur se agrupan de dos en dos, dejando un pórtico libre entre ellas, a modo de porche. Por otra parte, las aulas de usos específicos – biblioteca, informática, música – se agrupan de tres en tres, abriéndose al patio interior, permitiendo una buena iluminación natural, así como unas buenas condiciones ambientales. La dirección oeste-este aloja el programa infantil. Tres aulas orientadas a sur y una sala de psicomotricidad a norte configuran un volumen rodeado de patios: zona de juegos a sur, huerto en el oeste limitando con el comedor y patio a norte formando parte del aula específica. La linealidad y dimensión de la fachada norte queda corregida por la aparición de las cabezas de las cubiertas de las aulas, marcando de este modo el ritmo estructural de la pequeña escalera de las aulas.
La escuela está ubicada en una zona residencial de baja densidad, no muy lejos de los terrenos agrícolas, y caracterizada por la ausencia de todo tipo de calidad urbana. La naturaleza del programa recomendaba desarrollar todo el centro en una sola planta, a fin de favorecer la relación directa con los espacios exteriores y evitar los tránsitos interiores en sentido vertical. El centro se dispone en dos brazos en cruz, organizados por dos pasillos ortogonales, con algunas rampas ligeras que permiten adaptarse a la suave pendiente del solar. Las aulas se disponen en el cuerpo paralelo a la calle, ligeramente roto por el cuerpo transversal, que alberga las partes singulares del programa. El sistema de cubiertas queda repartido de estancia a estancia, con una vertiente para cada elemento del programa, por lo que desde la calle la escuela muestra un ritmo ordenado de cuerpos edificados que hace de contrapunto al desorden de las viviendas unifamiliares de la acera opuesta.