Ubicada en el distrito de Ciutat Vella, la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen se encuentra en la esquina oriental de la manzana delimitada por las calles del Obispo Laguarda, de Sant Antoni Abat, de la Cendra y de la Riera Alta. Dispone de dos fachadas afrontadas en las dos primeras vías y medianera con las parcelas vecinas. El acceso principal a la iglesia se produce desde la calle del Bisbe Laguarda, mientras que el acceso al centro parroquial se produce desde la calle de Sant Antoni Abat.
El conjunto parroquial viene constituido por la iglesia, la morada de los escolapios y el centro parroquial, tres edificaciones intercomunicadas y que, a pesar de pertenecer a fases constructivas diferentes, siguen los mismos cánones proyectuales. Los exteriores del conjunto se presentan acabados con ladrillo, tanto en lo que se refiere a la constitución de muros como de aperturas. Sin embargo, algunos detalles arquitectónicos y ornamentales se presentan acabados en piedra de Montjuïc y cerámica vidriada y moldurada. El edificio queda enmarcado dentro del modernismo, si bien abre sus puertas al primer racionalismo y, como algunos autores han apuntado, se inspira de las novedades aportadas por el sezesionismo, el expresionismo alemán y la escuela de Ámsterdam.
La iglesia es la primera edificación del conjunto. Su fachada, terminada en ladrillo, trasluce la estructura interior de la iglesia: a sus pies se localiza la puerta principal, que es el único elemento íntegramente hecho de piedra. Consiste en un arco de medio punto rodeado de sus arquivoltas y flanqueado de dos esculturas angelicales de tamaño natural sosteniendo unos incensarios. Sobre un arco de ladrillo en el sardinel reposa un gablecito que contiene un relieve pétreo de dos ángeles sosteniendo el escudo de la orden carmelita, consistente en una montaña con tres estrellas de seis puntas. Este gablete tiene su continuidad en el resto de la fachada con más gabletes bombeados que contienen las aperturas de las capillas laterales de la iglesia, consistentes en ventanas triangulares bombeadas ornadas con tracerías de cerámica vidriada moldurada. Por encima de la fachada de las capillas laterales se levanta la fachada de las naves de la iglesia, mediatizada por la presencia de contrafuertes inclinados que recogen las aguas pluviales de la cubierta por medio de canaleras exteriores de cerámica vidriada. Entre contrafuerte y contrafuerte se abren altos ventanales con vidrieras y tracerías de piedra. La fachada queda rematada por gabletes con ojos de buey que se adaptan a la forma de las cubiertas de laderas que cubren cada una de las crujías interiores de la iglesia. En la cabecera de esta se levanta el campanario, una alta construcción rectangular achaflanada sin aperturas. Este campanario queda coronado por un cuerpo cuadrangular en el que se abren barbacanas y arcos que albergan las campanas, bajo un tejado a doble vertiente de cerámica vidriada.
La iglesia es un edificio de planta basilical, de tres naves con capillas laterales en cuatro tramos idénticos y un quinto de mayores dimensiones ocupado por el absis del templo. La nave central está cubierta por bóvedas curvilíneas sostenidas por pilares cilíndricos, mientras que las laterales se presentan subdivididas por la presencia del forjado de la tribuna que las recorre. Todos los muros, pilares y elementos portantes del interior se presentan revestidos con esgrafiados bicolores a base de cenefas continuas entrelazadas. El presbiterio, coronado por un gran arco parabólico, contiene un dosel dorado con una imagen de la Virgen del Carmen rodeada de pinturas murales que representan una gloria celestial.
La morada de los Escolapios se encuentra en el ángulo de la parcela, justo a los pies de la iglesia, dotándola de una original fachada y de un acceso meridional alternativo. Esta construcción usada originariamente como escuela presenta una fachada simétrica, con un cuerpo central de tres pisos y dos cuerpos laterales de cuatro pisos. En esta fachada destaca el uso de ventanas horizontales tipo chicago con montantes y dinteles de ladrillo redondeado y franjas de ladrillo en punta de diamante. Este frontis se convierte en una variada muestra de tipologías de aperturas entre las que destacan los arcos geminados, las ventanas con mainel, los balcones, las serlianas y la galería de arquetes. El cuerpo central presenta una escultura de piedra de la Virgen del Carmen entronizada ante un friso cerámico policromado que representa a dos ángeles presentando a la Virgen a un grupo de chicos que tocan instrumentos (a mano izquierda), y un grupo de chicas que cantan (a mano derecha). El acceso a la escuela se produce por medio de un gran arco de piedra de medio punto con sus arquivoltas de ladrillo redondeado y cerrado por una espesa reja de forja. Esta puerta da paso al vestíbulo principal del edificio, en el que nacen las escaleras hacia los pisos superiores de ambos cuerpos y que contiene, al fondo, el acceso a la iglesia por su parte meridional.
El Centro Parroquial presenta una fachada similar a la del piso, si bien forma parte de una fase constructiva bastante posterior. También acabada en ladrillo y con un repertorio diverso de aberturas, esta fachada destaca por la presencia de una alta torre que sobrepasa la línea de la azotea sobre los tres pisos del edificio. Los pisos superiores de esta torre están adornados con relieves de ladrillo en forma de cruz y de lesenas y muestran relojes de cristal. Rematando la construcción hay un último piso de planta cilíndrica perforado con ojos de buey. En el interior de este cuerpo destaca la presencia de un teatro con platea, anfiteatro y tribunas escalonadas que conserva parte de la decoración original a base de austeras molduras doradas.
La parcela que hoy acoge la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen había acogido, desde el siglo XV, el convento de Sant Maties de las monjas Jerónimas, fundado por una laica, Brígida Terré. Este convento de grandes proporciones ocupaba una parcela que se extendía hasta la calle Riera Alta, y disponía de una iglesia gótica de nave única con capillas laterales y ábside poligonal. En 1835, después de la Desamortización, la iglesia del convento se convirtió en parroquial del barrio. Muy dañada por los hechos de la Semana Trágica en 1909, la edificación medieval tuvo que ser derribada y se aprovechó la ocasión para reurbanizar la zona, con la apertura de la nueva calle del Obispo Laguarda. En 1910, el arquitecto Josep Maria Pericas i Morros se encargó de diseñar en ese terreno el proyecto de una nueva iglesia bajo la abogacía de la Virgen del Carmen, reminiscencia del vecino convento del Carmen que había desaparecido el año 1874. La construcción de la nueva iglesia, entre 1911 y 1913, se concluyó con el programa decorativo de Darius Vilàs I Fernández, y fue seguida de la elevación del campanario entre 1923 y 1924. En 1935 se construyó el centro parroquial, que incluía un teatro a la italiana (con platea y anfiteatro) y que hoy es la sede del Teatre del Raval. En la actualidad, el cuerpo afrontado en la esquina es ocupado por una comunidad escolapia.