Radio Barcelona se constituyó en 1922 y empezó a emitir en 1924 desde el Hotel Colón de Barcelona. Las antenas de la emisora estaban situadas en la cima del Tibidabo y era necesario construir un edificio para las máquinas, que le encargaron a Rubió i Tudurí. Sin embargo tenemos que mencionar un problema con las fechas. El propio Rubió atribuye el inicio del proyecto en 1922. Sin embargo, tal como especifica Antonio Pizza, los planos tienen fecha de 1929. En su libro 'Diálogos sobre la arquitectura' de 1927, Rubió introduce el pensamiento de Le Corbusier en Catalunya, un racionalismo que ya se ve reflejado en este pabellón.
La estación Radio Barcelona contiene máquinas y transmisores, pero también algunas dependencias para visitas y recepciones que recuerdan a la Metrópoli de Fritz Lang. Este proyecto y el edificio para la Metro Goldwin Meyer de 1934 en Barcelona son dos proyectos vinculados al mundo del audiovisual que expresan la modernidad de estas nuevas tecnologías. Sin embargo, a lo largo de su carrera Rubió trabajó indistintamente con varios estilos, según las exigencias del encargo. También desarrolló varias restauraciones y propuestas historicistas, como el monasterio de Montserrat y el Convento de Pedralbes.
Edificio situado en la montaña Tibidabo y actualmente queda dentro del recinto del Parque de Atracciones del Tibidabo. Es de planta rectangular y consta de planta baja, un piso y cubierta a doble vertiente con la cumbrera paralela a la fachada principal.
En la fachada principal un alto muro hace de zócalo del edificio y en el centro ha empotrado un gran relieve de bronce obra de Àngel Tarrach; este relevo se hizo como homenaje a la República y le acompaña una placa que dice "Por esta antena Francesc Macià decía al mundo que Catalunya se convertía en República". Dos escaleras arrancan desde este espacio central hacia los extremos en sentidos opuestos; la barandilla es un muro cerrado en diagonal con un escalón en medio.
Una vez arriba el edificio queda algo retirado respecto al muro de cierre del zócalo creando un pasillo entre ellos; éste está cubierto por una marquesina de obra, situada entre la planta baja y el primer piso, aguantada por columnas lisas. En la planta baja se encuentran una serie de grandes ventanas rectangulares, cubiertas con una reja, que ocupan casi la totalidad del muro. En la planta superior las paredes son de pavés. Los muros están enlucidos y pintados de blanco sin decoración alguna.
Radio Barcelona se fundó en 1922 por los miembros de la Asociación Nacional de Radiodifusión Josep Maria de Guillén-Garcia i Gómez, Royston Saint Noble, Eduard Rifà i Anglada, Eduard Solà i Guardiola y Pau Llorens. Empezó a emitir en 1924 desde la cúpula del Hotel Colón de Barcelona; la Dirección General de Comunicaciones asignó a la estación la referencia EAJ-1 (códigos referentes a España, Telegrafía inalámbrica -AJ- y primera emisora autorizada).
El éxito logrado por la emisora hizo que decidieran adquirir un equipo más potente. En 1926 compraron una emisora de 2 kilovatios y medio de potencia en antena y 10 kilovatios en el generador, que era la primera de Europa en su género; estaba fabricada por la International Western Electric de Nueva York y fue adquirida en la compañía Teléfonos Bell, S.A. este nuevo aparato se instaló en el Tibidabo, en unos terrenos cedidos por el Hotel Florida. Al mismo tiempo, cambiaron de sitio los estudios; la nueva ubicación fue en el edificio del Tívoli (C. Casp, 12).
El tener las antenas en el Tibidabo hizo necesario construir un edificio para las máquinas y el proyecto se encargó a Nicolau Maria Rubió i Tudurí. A pesar de que se le atribuía el inicio del proyecto en 1922, el profesor Antonio Pizza de Nanno en su Tesis Doctoral "Barcelona 1929-1936. Il Ponte incompinto dell’arditettura", defiende que en realidad es de 1929, tal y como se puede ver en los planos (donde aparece la fecha 1929) y en el permiso de obras (tramitado en la misma fecha).
El Pabellón de Radio Barcelona contenía maquinaria y transmisores, pero también algunas salas para recepciones y visitas. En los interiores, ya perdidos, podía observarse una clara influencia de Adolf Loos.