El conjunto de edificios que forman el antiguo Colegio Pere Vila ocupan una parte de la manzana delimitada por las calles del Passeig de Lluís Companys, avenida de Vilanova, Roger de Flor y Almogàvers.
Arquitectónicamente se organiza en tres edificios que constituyen una planta en forma de "U"; con un cuerpo central, más bajo, que se une a sendos volúmenes laterales a través de unas galerías porticadas y marca el eje de simetría. El edificio más septentrional está destinado a un colegio de primaria (CEIP Pere Vila) en origen pabellón de los niños, mientras que el más meridional, destinado actualmente al instituto de secundaria IES Pau Claris, acogía a las niñas. El edificio central se corresponde con la biblioteca, salón de actos y otros espacios comunitarios.
Los tres edificios enmarcan un gran espacio central, en origen ajardinado, afrontado en el paseo de Lluís Companys y rodeado por una valla perimetral, donde se dispone el único acceso desde el exterior. En la entrada se encuentra la escultura realizada por Josep Dunyach en honor a Pere Vila. El espacio junto al paseo está ocupado hoy en día por dos pistas polideportivas -construidas a lo largo de la década de 1960- y un paso desde el exterior hasta el volumen central.
Los dos edificios destinados en origen a aulas de los niños (zona septentrional) y de las niñas (meridional) tienen las mismas características volumétricas, con un alzado organizado en planta, semisótano y cuatro niveles, con cubierta de tejas formando laderas compuestas. Ambos son simétricos, con un chaflán en los cruces de la calle Roger de Flor y una organización formal decorativa y distribución de las aperturas de fachadas idénticas. Destaca la incorporación de elementos de terracota con motivos florales como medallones, fajas decorativas, los cuatro jarrones situados sobre el alero del tejado y a cada lado del frontón y muy especialmente, el tratamiento del portal de acceso a los edificios.
El portal principal se articula con dos pilastras como jambas y un dintel con molduras como si se tratara de un arquitrabe clásico. Encima del arquitrabe, en el tímpano, se dispone una decoración, a base de terracota representando un medallón con la siguiente inscripción (muy dañada): "GRUPO ESCOLAR PERE VILA CODINA" decorado con ramas de laurel. En los extremos del arquitrabe se disponen dos jarrones de terracota, decorados con flores y frutos.
El revestimiento del conjunto es bastante complejo puesto que se adoptan diversas soluciones y texturas que enfatizan la horizontalidad de las fachadas. Cada uno de los edificios presenta una división tripartita al estilo clásico: altos y amplios ventanales y un ritmo vertical roto por el frontón central que descansa en las volutas y recuerda al estilo barroco.
Al nivel de la planta semisótano se dispone un rebozado sencillo con un acabado abujardado. En los paramentos de la planta baja, se aplica un revestimiento hecho de enlucido que imita una disposición de sillares en aparato isódomo, con juntas lisas e imitando sillares abujardados. En los niveles correspondientes a las plantas primera y segunda, el revestimiento es unitario hasta la cornisa descrita anteriormente, lo que enfatiza la horizontalidad de la fachada. Todo el revestimiento se enriquece con esgrafiados, terracotas y estucos que proporcionan una gran riqueza de efectos visuales. Son obra de Francisco Canyellas, colaborador habitual en muchos proyectos del arquitecto y verdadero artista noucentista. Defendía la creación de una “escuela hermosa” y consideraba que la educación estética contribuía a fomentar los valores cívicos.
La cubierta, compuesta a cuatro vertientes, permite organizar el nivel bajo cubierta con una altura considerable. El resultado es la creación de un amplio espacio polivalente en su interior.
Uno de los conceptos clave de este conjunto de escuelas era su monumentalización, que a su vez también permitía seguir las corrientes higienistas y dotar a los edificios de numerosos espacios. Los pabellones constan de cinco niveles y la comunicación entre plantas se realiza mediante cuatro cajas de escalera, la más oriental sustituida hoy día por un ascensor. Cada nivel se organiza en torno a un distribuidor central hipóstilo que da acceso a las aulas y servicios que le rodean en todo su perímetro. Estos espacios, hoy en día muy reformados, todavía permiten observar el testimonio de los numerosos elementos estructurales decorados como vigas y ménsulas, así como las fuentes con apliques cerámicos localizados en cada uno de los pisos. El sistema de forjados utiliza mayoritariamente la vigueta de hierro y las bovedillas de obra salvo el último nivel donde se utiliza el sistema de armaduras de madera para el sostenimiento de la cubierta.
Aún se conservan algunos elementos de mobiliario original como pupitres, pizarra y algún armario.
Respecto a la biblioteca y el teatro, el recinto que los acoge se sitúa en el centro del conjunto y unido a los pabellones de niños y niñas mediante porches. Presenta dos niveles, la planta baja está ocupada por la biblioteca y la planta piso por el teatro que dispone de un anfiteatro. Cabe destacar la puerta de acceso a la biblioteca y la decoración pictórica mural que la corona -realizadas por Canyelles. Esta decoración mantiene la iconografía original a pesar del repintado sufrido en 1966. Otro de los elementos originales conservados es la barandilla de madera con los resaltes redondeados para evitar el deslizamiento de los niños.
El desnivel del anfiteatro es escalonado, donde se disponen bancos de madera conformando la típica grada. En el muro perimetral más oriental se organiza la estructura del escenario (de madera y con accesos laterales) con un encuadre superior a base de dos parejas de pilastras acanaladas sobre las que descansa un arquitrabe y un frontón. En el tímpano del frontón está representada, en relieve, una cara teatral coronada con hojas de laurel. La bicromía de los paramentos permite crear unos paneles rectangulares verticales que contienen unas pinturas representando a varios personajes de la comedia y el espectáculo teatral.
Los porches fueron construidos para unir el edificio de la biblioteca con el de niños y niñas localizados a sendos lados. Idénticos en cuanto a estructura y elementos decorativos, están construidos sobre un basamento de piedra. Cinco columnas toscanas soportan un arquitrabe simple moldurado, sobre el que se dispone la barandilla de la cubierta plana transitable, la cual se sostiene por un sistema de bóvedas de pañuelo. En cada eje de las columnas se sitúan unos jarrones de terracota.
El grupo escolar Pere Vila se enmarca dentro del conjunto de construcciones escolares municipales que se iniciaron durante el período de la Mancomunidad, pero que resultaron también útiles para los afanes de renovación cultural, y concretamente educativa, de la II República. Su construcción fue posible gracias a la donación económica de Pere Vila i Codina (Les Olugues, Lleida, 1860- Rosario de Santa Fe, Argentina, 1916) y llevada a cabo bajo la dirección del arquitecto Josep Goday i Casals, arquitecto jefe de la Comisión de Cultura.
El proyecto del edificio fue realizado entre 1918 y 1919, y aprobado en 1920, aunque las obras no se iniciaron hasta principios de 1922 porque el solar donde debía construirse estaba ocupado por unos talleres y almacenes de las Comisiones de Eixample y Foment.
Las obras del edificio se detuvieron, como en otras muchas escuelas, en 1923, con la Dictadura de Primo de Rivera y no se pudieron retomar hasta bien entrado en 1930. Se inauguró el 29 de marzo de 1931.
En 1966, se realizaron diversas obras de mejora en los edificios a cargo de Pedro Puigdevall Bosch, que modificaron elementos del mobiliario interior y otros aspectos más decorativos, como las pinturas murales. Solo un año después, en 1967, se inauguró la guardería y el polideportivo exterior que sustituye a los jardines principales. En 1970 se realizaron obras de mejora y mantenimiento que afectaron a pavimentos, forjados e instalaciones eléctricas a cargo de tres empresas: Eléctrica Catalana, Francisco Closa Alegret y Arturo Lòpez.
En 1995 se produjo la división administrativa de los dos edificios y configuración de dos centros educativos diferentes: el edificio de los niños, se quedó en manos del Ayuntamiento de Barcelona y fue destinado a educación infantil primaria (CEIP Pere Vila), mientras que el edificio de las niñas, se adecuó para educación secundaria y bachillerato, bajo titularidad de la Generalitat de Catalunya (IES Pau Claris).
Las obras en el edificio de niños se ejecutaron en dos fases, una primera en mayo de 1996 y una segunda fase en junio de 1997 a cargo de J. A. Martínez Lapeña y Elias Torres Tur. Estas implicaron la modificación de la planta baja y sótano con la creación de nuevos accesos, así como sobre los pórticos de acceso a los pasillos y escaleras de cada uno de los pisos del edificio y supusieron la instalación de un ascensor, mutilando parte de las escaleras. Otras obras de mejora generales supusieron el cierre de las escaleras de acceso a los pisos superiores y el repintado de las paredes.
En cuanto al edificio de niñas, el IES Pau Claris, en noviembre de 2000, se llevaron a cabo obras similares, en este caso bajo la dirección única del arquitecto J.A. Martínez Lapeña. Se cambió el acceso a la planta baja y al sótano, unificando desniveles (solución diferente a la de la otra finca), y en cambio se aplicó la misma solución que en el edificio vecino con respecto a los cerramientos de los vestíbulos de cada uno de los pisos, se realizaron obras de mantenimiento en todas las aperturas, y se llevó a cabo la rehabilitación de las fachadas. También se colocó un ascensor en la escalera más oriental y se limitó el acceso al pasillo central así como el repintado general.
En 2006-2007 se hicieron obras de mejora para instalar un nuevo comedor y una cocina en el sótano del edificio de las niñas y más recientemente se han restaurado las fachadas y las cubiertas por parte del arquitecto Marc Cuixart Goday, nieto de Josep Goday. El edificio central se encuentra todavía en proceso de rehabilitación (2012).