Los jardines dedicados al poeta Eduard Marquina, también conocidos como Jardines del Turó Park, se construyeron a inicios del siglo XX, concretamente en 1934, sobre unos terrenos donde se encontraba el antiguo parque de atracciones Turó Park (1912- 1929), situado en una extensa finca propiedad de la familia Bertrand-Girona. El proyecto fue obra del arquitecto, diseñador de jardines y urbanista, Nicolau M. Rubió i Tudurí, quien diseñó un jardín que incorporaba el carácter clásico de los jardines mediterráneos y el uso de la vegetación de los jardines ingleses, sin olvidar la idea de jardín vecinal.

Rubió creó un espacio en el que la vegetación y el ser humano estuvieran representados a partes iguales. Por eso se trata de un espacio rico en especies y ejemplares arbóreos singulares, que juega con las diversas esculturas emplazadas a lo largo del jardín: la de Apel·les Fenosa, dedicada a Pau Casals; la de Josep Clarà, dedicada a Francisco Viñas; Un Oiseau, de Jean Michel Folan; y, en la pradera, La bien plantada, de Eloïsa Cerdan, una pieza de bronce que rinde homenaje al escritor Eugeni d'Ors. Presidiendo el eje del parterre de las magnolias, se encuentra en la Viga de la Fuente de la Aurora, de Joan Borrell y Nicolau. Además, varios carteles con fragmentos de poemas de Federico García Lorca, Fernando Pessoa, Dylan Thomas, Sylvia Plath, Walt Whitman, Narciso Comadira, Salvador Espriu, Joan Vinyoli y Alfonsina Storni, propician un recorrido poético por el parque.

La entrada al parque se realiza por la calle Bori i Fontestà, y justo accediendo, dentro de un pequeño estanque, se encuentra la escultura dedicada al violonchelista Pau Casals. La pieza se sitúa en una plaza ovalada en cuyo fondo se diferencian tres caminos que se adentran en el parque: uno principal en el centro, y en cada lado dos caminos perimetrales, todos encuadrados por más de cincuenta encinas. Los caminos perimetrales de la izquierda conducen hasta una gran área de juegos infantiles y, algo más lejos, en el estanque y en el prado. El estanque es ovalado, y está cubierto de ninfas. En la parte superior se extiende una gran pradera presidida por grandes tilos. En el lado derecho se encuentra la plaza del Teatret, con un quiosco de bebidas.

Este espacio es un claro ejemplo del jardín noucentista, pensado teniendo en cuenta los edificios y la ordenación urbanística de alrededor. Planteado como un "square" inglés de gran tamaño, de ahí el cierre sobre sí mismo.