Los Cines Filmax Gran Vía, ubicados en el Centro Comercial Gran Vía 2, abrieron sus puertas 15 años atrás, con el boom de este modelo de negocio basado en el consumo y el ocio masivo que llevó a llenar los núcleos urbanos de multitud de centros comerciales, combinando tiendas, restauración y cines multisalas. Pasada esta etapa dorada y ante el cambio de paradigma, el cliente busca un proyecto para enderezar los cines: reducir su dimensión optimizando su funcionamiento y ofrecer una experiencia más allá de lo que sucede en la sala.
FUNCIONAMIENTO Y EFICIENCIA:
ÚNICO PUNTO DE VENTA
Se elimina el concepto convencional de taquillas, prescindiendo del volumen destinado a esta función en la terraza de restauración del centro comercial. En el mostrador principal, el público puede comprar ahora tanto las entradas en los cines como las palomitas, bebidas y otros, haciendo una única cola.
REDUCCIÓN DEL NÚMERO DE SALAS
Los cines pasan de tener 15 a 12 salas. Estas salas se reconvertirán en una bolera, a la que se tendrá acceso desde los cines.
ELIMINACIÓN DE BARRERAS
En la distribución previa, el hall de los cines estaba totalmente cerrado al paso del público excepto en un único punto de acceso en el que se cortaba la entrada. Estas barreras se han eliminado, retrasando el paso de acceso y abriendo el hall, apropiándose de toda la planta y facilitando la libre circulación. Ya no hace falta ir al cine para poder consumir sus productos.
OPTIMIZACIÓN DEL TRABAJO
Con la ejecución de los puntos anteriores, se consigue un mostrador que permite al trabajador poder desempeñar todos los trabajos sin desplazarse ni interferir en la circulación del público: reponer los productos de los puntos de venta y del almacén, vender entradas, vender bebidas, palomitas y dulces, controlar los accesos a las diferentes salas, controlar los contenidos digitales dinámicos, controlar la iluminación del espacio.
JERARQUÍA DEL TRABAJO
La nueva barra, formada por el mostrador y el mueble de trabajo, hace que los 10 puntos de venta funcionen solo como tales y que, desde atrás y en contacto directo con el almacén, dos trabajadores vayan facilitando todo el producto de consumo que sea necesario reponer.
AMBIENTE:
SECCIÓN
Se derriba todo el falso techo, por lo que la sección de losas de las gradas de las salas de cine queda sobre el hall, a la vista, enriqueciendo el concepto de entrada al cine con el esqueleto del mismo. Dada la gran altura en algunos puntos, se opta por una altura de confort de 2.70m, hasta donde llegarán todos los elementos y revestimientos. A partir de esta altura, solo hay instalaciones vistas y estructura, pintadas de un mismo color uniformizante.
INFORMACIÓN
Ante el desorden y la aleatoriedad original, se opta por ordenar la información digital en dos ejes. El primero, frontal desde el acceso y paralelo al mostrador, anunciará los horarios de las películas, bebidas y otros consumibles. En el sentido perpendicular, y apantallando los pilares originales, contendrá la cartelería de las películas y los tráileres. La arquitectura irá cambiando en la medida en que lo será la información, dinamizando el espacio.
ILUMINACIÓN
La experiencia de entrar en unos cines es, entre otras cosas, el paso de la luz a la oscuridad. A la altura de 270cm, se crea una subestructura de soporte de toda la iluminación dispuesta en tiras continuas que, con su zig zag, guían de las puertas a la entrada de las salas. El hall se convierte, pues, en el primer gradiente de oscuridad.
PAVIMENTO
El oscurecimiento de todo el ambiente se remata con un terrazo negro de grandes áridos blancos que, simulando el efecto de palomitas caídas, ayuda a evitar la sensación de dejadez en las horas punta de servicio e imposibilidad de limpieza.
RECLAMO
Dentro del conjunto, de geometría reticulada, se opta por un elemento singular, disonante y con ruedas, que será el carrito de los dulces. Este elemento puede variar su posición, cambiando según el día y el uso de las salas.