La rambla de Gavà está entre la calle de Gaudí y la carretera C-245. Tiene unas dimensiones de 575 m de longitud y 20 de ancho, con algunos tramos más amplios como las plazas de Jaume Perich y de Josep Tarradellas. La actuación ha consistido en la conversión completa de la rambla en zona de peatones para potenciar sus cualidades urbanas, tanto de uso como paisajísticas. Solamente las calles que la atraviesan mantienen el tráfico de vehículos y se ha regulado el acceso a los aparcamientos situados en la rambla con pilones de acero inoxidable.
El pavimento se ha unificado con un solo material, pórfido de origen asiático de color granate, que se relaciona con la memoria histórica de la piedra de Gavà. El pavimento es de tamaño mediano, de 20 cm de ancho, para hacerlo muy resistente a la compresión y la flexión. En el paseo central, el grosor del pavimento es de 6 cm y en sus espacios laterales es de 8.
Se ha trabajado con una sección topográfica inherente a su carácter de rambla, aunque eliminando lodos los desniveles para hacerla completamente accesible. Con este tratamiento unitario del plano de apoyo y sin obstáculos, la rambla adquiere nuevas dimensiones mucho más amplias y se pone de relieve el contexto urbano edificado, así como los jardines de la torre Lluc. La disposición del pavimento en hiladas paralelas al eje del paseo central potencia la dimensión longitudinal.
Se ha mantenido el arbolado característico de la rambla, los plátanos, renovando aquellos ejemplares en mal estado. El mobiliario y el alumbrado, de carácter sobrio y funcional, potencian las cualidades espaciales del paseo. Las columnas de alumbrado son de aluminio anodizado. Los bancos son del tipo Nu con y sin respaldo. Para las terrazas se ha diseñado un nuevo mobiliario unificado con sombrillas de color crudo y sillas y mesas de aluminio, que contribuirá de forma importante a la calidad urbana y al orden de la nueva rambla. En las calles transversales, sin desniveles con la rambla, se canaliza el tráfico mediante postes cilíndricos de acero inoxidable.
La actuación también ha contemplado la construcción de una nueva red de alcantarillado, de fibra óptica, y se han enterrado y reconstruido todos los servicios. En la parte superior de la rambla, se ha renovado totalmente la plaza de Batista i Roca y la calle d'Antoni Gaudí, en la que se ha construido un aparcamiento subterráneo que ha permitido liberar la rambla de su zona azul. La plaza, totalmente integrada con la rambla en cuanto a materiales, es un gran plano de pórfido que permite todo tipo de actividades cívicas; la transición con los perímetros, situados en distintas rasantes, se produce mediante taludes verdes y distintas escaleras. Aparece también un muro en el límite con la riera de Sant Llorenç. Tanto los escalones como el muro están acabados en pórfido y destaca el corte de Cizalla del lado visto de la piedra del muro.