El conjunto urbanístico de Ribes Roges está formado por calles paralelas y perpendiculares a la línea de mar. Queda delimitado por el paseo de Ribes Roges, las calles de Marcelina Jacas, de Legazpi y de Álvaro de Bazán y el torrente de Sant Joan, la calle de Pere III el Gran y gran parte de la manzana delimitada por el paseo y las calles de Lluís de Requesens, de Pere III el Gran y de Isaac Peral.
Cada manzana contiene varias parcelas ocupadas por viviendas unifamiliares rodeadas de jardín. Aunque en conjunto no presenta una unidad estilística, todavía conserva algunos de los edificios originales, principalmente en el sector de mar, que presentan características propias de los estilos modernista y noucentista.
De los ejemplos más cercanos al modernismo se conservan la Vil·la Argentina y la Vil·la Montserrat (arquitecto Josep Domènech Mansana); el chalet del Doctor Ribot (Villa Esperanza) y la Villa Laguarda (ambas del arquitecto Bonaventura Pollés Vivó), y la Villa Teresa (Modest Tauler Benítez, arquitecto). Y de los chalés más cercanos al Noucentisme destacan la Villa Isabel (de Ramon Frexé Mallofré, 1910-1912); el chalet Vivancos (obra de Josep M. Miró Guibernau, de 1923); el chalet de Dolors Rutllan (de Manuel Joaquim Raspall Mayol, 1925) y Villa Adelina y los chalets de Joan Robert y de Lluís Pàmies (obras de Antoni Pons Domínguez, 1923, 1925 y 1926).
El origen de la urbanización de Ribes Roges fue iniciativa de Dª. Anna Raventós de Saurí, presidenta del Amparo de Santa Llúcia, institución benéfica que debía ser la beneficiaria de las ganancias producidas por la urbanización. Marcelina Jacas, que poseía un patrimonio considerable heredado de su padre y de un tío, ambos hindúes, cedió los terrenos rústicos de su propiedad para la construcción de los chalés para conseguir fondos para el sostenimiento de la entidad.
La primera piedra de los 10 primeros chalets fue colocada en 1910. Este mismo año, la Junta encargó las construcciones a varios arquitectos y dejó en manos del arquitecto municipal B. Pollés la realización del proyecto del Paseo Marítimo y el plan general de distribución de los solares. El conjunto se encuentra desvinculado de la trama urbana de la ciudad. El torrente de Sant Joan y la vía del ferrocarril dificultaron desde el comienzo su crecimiento y expansión y quedaba fuera del ámbito que comprendía el Plano General de Gumà i Ferran y, por lo tanto, de las directrices de ensanche que fijaba el plan.
En 1917, el arquitecto municipal Josep M. Miró i Guibernau proyectó la ordenación total del sector de acuerdo con la tipología de ciudad jardín. Se autorizó la realización del paseo y se realizó el trazado completo de la trama viaria y el estudio de los enlaces con la ciudad. El estudio del trazado de los enlaces, aunque fue muy correcto, nunca fue ejecutado por la dificultad que suponía la ubicación de la fábrica Pirelli.
En 1967 un nuevo Plan de Ordenación permitió un incremento de la densidad constructiva de los edificios, lo que provocó el abandono de la idea de ciudad-jardín y el derribo de las viviendas originales; este hecho trajo a consecuencia el derribo de muchos chalés unifamiliares, para ser sustituidos por bloques de apartamentos. Como reacción a esta tendencia, en 1981 fue aprobado un nuevo Plan General de Ordenación que intenta proteger estas viviendas mediante la calificación de Ribes Roges como "zona de conservación de ciudad jardín".