Este proyecto nace de la radicalización de todo lo que nos parecía valioso de la tradición tipológica doméstica del Eixample barcelonés. Así, las plantas tipos se formalizan siguiendo la distribución de habitaciones iguales (o casi iguales) que tradicionalmente caracterizó la vivienda de finales del s. XIX de la zona. Viviendas que han visto modificado su uso a lo largo de las décadas sin cambios substanciales. Un sistema aparentemente rígido que, sin embargo, ha permitido cambiar su uso en el curso del tiempo.
Entendiendo esta condición tipológica, el edificio de viviendas se ha concebido como un sistema de habitaciones en el que cada apartamento puede ser ampliado o reducido –añadiendo o restando piezas– para responder a las necesidades futuras de sus habitantes. Con esa flexibilidad en mente, las habitaciones tienen dimensiones similares permitiendo eliminar cualquier tipo de jerarquía espacial y predeterminación del programa. Cada piso puede ser definido y reprogramado según convenga, incluso la posición de la cocina puede variar. Esta flexibilidad es posible gracias a la situación de los baños, donde se concentran las instalaciones verticales que pueden conectarse con todas las habitaciones. Inicialmente, cada planta se divide en 4 apartamentos de 5 habitaciones conectadas entre sí sin necesidad de pasillo. La cocina se coloca en el centro, las demás habitaciones se pueden utilizar, indistintamente, como dormitorios, estudios o salas de estar.
La planta baja, por su parte, reinterpreta los vestíbulo tradicionales y populares del Eixample, donde los mármoles y grandes espacios definen el lugar de recepción y representación. A modo de grandes objetos habitables, los muebles tradicionales se transforman aquí en volúmenes pétreos colocados en medio de un gran espacio abierto. Los patios interiores descubiertos permiten la ventilación natural y, literalmente, convierten a la planta baja en una extensión del jardín y de la calle, donde llueve.
Algo similar ocurre con la fachada, donde la composición arquetípica tradicional ha sido directamente replicada. La fachada se propone siguiendo una relectura directa de la arquitectura “ordinaria” y tradicional del ensanche de Cerdà, en el que predominan los estucos de cal con motivos decorativos, las aperturas verticales, los balcones y las persianas de libreto.