La antigua fábrica de cerámica de Pujol i Bausis, conocida popularmente como "La Rajoleta", fue uno de los centros más importantes de producción cerámica industrial de Cataluña. Está situada entre la calle de l’Església y el pasaje del Puig d’Ossa, en el barrio del centro de Esplugues de Llobregat. Esta industria inició su actividad en el último cuarto del siglo XIX, aunque su antecedente industrial empezó su actividad a mediados de ese mismo siglo XIX. El momento culminante de su actividad fabril llegó a finales del siglo XIX durante la época modernista, con los encargos de destacados arquitectos de este movimiento artístico como Gaudí, Domènech i Montaner o Puig i Cadafalch.
La fábrica finalizó su actividad en 1984 y después el Ayuntamiento de la ciudad adquirió la finca. Se derribaron diversas construcciones y se realizaron prospecciones arqueológicas que permitieron descubrir y documentar los espacios subterráneos como por ejemplo el gran horno enterrado de 20 m de longitud o los seis hornos de tipo árabe (ca. 1887). Quedan de pie la gran chimenea de ladrillo de 22 metros de altura situada en el extremo sur de la parcela y los dos grandes hornos de botella hechos también de ladrillo.
Estos últimos hornos de botella, llamados así por su forma, fueron construidos entre los años 1913-1914 para cocer el gres y la porcelana, en el contexto de una remodelación de la fábrica bajo la dirección de su propietario Pau Pujol. De base circular están formados por una sección cilíndrica cubierta por una sección cónica rematada por una chimenea. Están hechos de ladrillo reforzados con una malla de acero hecha de anillas y tiras de hierro para evitar la dilatación del menaje durante la cocción de las piezas. En la base se abren varias aperturas de arco de medio punto.
El antecedente industrial de la fábrica de cerámica de Pujol i Bausis se sitúa en 1858, cuando dos empresarios franceses construyen una bóbila en estos terrenos, propiedad de la familia Pujol. En 1876 la fábrica la adquirió Jaume Pujol i Bausis, quien la remodeló en la década de 1880 para fabricar cerámica, y desde entonces se conoce con el nombre de "La baldosa". Su época de máximo esplendor se corresponde con el período del modernismo, durante el cual los principales arquitectos de este movimiento artístico encargaron trabajos a la fábrica. En 1901, Joan Baptista Alòs, reconocido diseñador de cerámica y profesor de diversas escuelas de artes y oficios, empezó a trabajar como director artístico. Después de la Guerra Civil (1936-1939), la fábrica se convirtió en sociedad anónima, dejó de fabricar baldosas de cerámica y empezó a fabricar aisladores de alta tensión para las compañías eléctricas. Finalmente, su actividad finalizó en 1984 y el Ayuntamiento adquirió la propiedad.
Después de varias campañas de prospecciones arqueológicas, en 2002 se inauguró el Museo de cerámica La Rajoleta en un espacio de nueva construcción situado en el centro del antiguo recinto industrial.