El edificio se localiza en una manzana de la derecha del Eixample de Barcelona, enmarcada por las calles de Provença, Sicília, Mallorca y Nàpols. Construido en una parcela poligonal, presenta tres fachadas abiertas en las calles Nàpols (número 238) y Mallorca (número 351). Estas vías crean el ángulo del inmueble, con la bisagra más relevante que, proyectado en chaflán, acoge el principal acceso al edificio.
Esta nave industrial con oficinas es uno de los mejores ejemplos de la producción arquitectónica catalana de los años 20 y 30 del siglo XX, no vinculada a la ortodoxia del GATCPAC. Se caracteriza por su estética funcionalista de formas simétricas y marcada horizontalidad, especialmente representativa en el caso de las ventanas.
El edificio está concebido a partir de una estructura de pilares y jácenas metálicas que permiten crear una planta libre donde predomina el espacio y la diafanidad y a la que contribuyen los patios de luces y los tragaluces de las cubiertas.
Consta de dos niveles de alzado, destacando especialmente la marcada horizontalidad de las fachadas, acentuada por el cuerpo de ventanas corridas desarrolladas en los dos pisos del edificio. Las ventanas responden a un modelo de aperturas metálicas fabricadas en serie que se unen entre sí a través de perfiles en forma de "T" y a la estructura del edificio con otros en forma de "L". Este sistema da origen a las grandes cerraduras murales que dan unidad al conjunto y permiten disponer de una iluminación uniforme en el interior. Estas ventanas se configuran como un elemento corrido que giran en el chaflán, quedando interrumpidas en este frontal, donde se localiza la gran portalada de entrada al edificio.
El chaflán se configura como un elemento de relevancia estructural dentro del conjunto, no sólo por el tratamiento diferenciado de las aperturas, sino por la mayor altura que presenta. Así, la planta baja se reserva por la entrada, con una triple puerta que da acceso a un vestíbulo a doble altura, el cual recibe también luz de las ventanas dispuestas en el primer piso de este frontal en chaflán. Encima de este cuerpo de ventanas se desarrolla el último piso, donde se abre un ventanal alargado que va de lado a lado del muro.
Actualmente, el edificio se encuentra bastante modificado. Hacia el lado de la calle Nàpols, se ha construido recientemente (2010) un hotel - "Illa Myrurgia"- que ocupa parte de la parcela original de la antigua fábrica. La banda del chaflán también ha sido objeto de reformas, y hoy en día acoge las oficinas de la empresa Puig, propietaria de la finca desde el año 2000. La planta baja de esta zona se presenta hoy en día como un espacio muy diáfano al que se accede a través de un espacio de recepción localizado detrás del vestíbulo principal. Este ámbito, a modo de caja de vidrio, dispone de dos niveles en los que se distribuyen las mesas de trabajo del personal de Puig y que se comunican por una escalera de nueva fábrica.
Tal y como se adelantaba, uno de los espacios más relevantes del conjunto -y aparentemente el único conservado del proyecto original- es el vestíbulo. El acceso a este espacio se realiza a través de una puerta de tres vanos que se remata con tres paneles de bronce con relieves donde se representan escenas de temática clásica y debajo de los cuales se conserva el letrero "Fábrica Myrurgia". Cabe destacar también la valla de hierro de la puerta que, con líneas geométricas muy puristas, contribuye a crear una sencilla decoración, inexistente en el resto de la fachada. Traspasada la puerta se accede al vestíbulo, que se configura como un espacio autónomo, de doble altura, de cuidado diseño art déco y voluntad monumental. Esta monumentalidad se hace visible a través de la escalera de doble tramo y de mármol que conduce a las oficinas del primer piso. Actualmente, dos catenarias cierran el acceso a la escalera.
Destaca el uso de materiales nobles y de gran calidad como el mármol, que se combina con las barandillas de latón y la madera de los arrimaderos localizados a sendos lados de la escalera. Estos elementos, dispuestos en ángulo, presentan una puerta y un banco -también de madera- adosado a la estructura, los cuales se rematan en la parte superior con una ventanilla y un panel donde se puede leer en letras estilo déco "Myrurgia Perfumes".
La fábrica se construyó entre 1927 y 1930 con un proyecto de Antoni Puig i Gairalt; esta obra anticipa el lenguaje moderno y racionalista a través de la organización de los espacios, el tratamiento de la luz, la rotulación y el mobiliario. El escultor Esteve Monegal Prat fue quien encargó el proyecto, y fue el mismo que fundó la empresa Myrurgia en 1916, destinada a la producción de perfumes y productos cosméticos.
Destaca especialmente la escultura de estilo art déco realizada por Monegal, presidente y fundador de la firma Myrurgia, que originalmente presidía el vestíbulo.
En 1929, el edificio recibió el Premio de Arquitectura del Concurso de Edificios Industriales y Comerciales por estar equipado con unas de las instalaciones más modernas.
En 2000, la empresa fue adquirida por el Grupo Puig, que desde entonces tiene instaladas en el edificio sus oficinas.
En 1996, los vecinos y las entidades del barrio se movilizaron en contra del proyecto de construir una gasolinera y un polideportivo privado de élite en los terrenos de la antigua fábrica de Myrurgia. En 2010, la isla donde se localiza la finca se vio inmersa en una polémica por la construcción del edificio que ocupa una parte de la parcela original de la fábrica. En estas fechas, en la esquina de la calle Nàpols y Provença, se construyó un edificio que en origen estaba destinado a residencia de deportistas y que finalmente se convirtió en un hotel de cuatro estrellas ("Isla Myrurgia") y un gimnasio.