Situado en la calle Roger de Llúria 108, cercano a la sede del Colegio de Abogados de Cataluña, el local existente se desarrolla en planta baja, una planta sótano parcial y de escasa altura y unas pequeñas dependencias de altillo, también de altura reducida, y con problemas de utilización, dado los elementos estructurales (jácenas y vigas).
El local tiene una configuración estrecha y honda (51,5 ms) con poca fachada a la calle y carencia de patios intermedios.
El proyecto propone una intervención limitada en extensión que cambia de manera radical la percepción espacial del local existente. El proyecto también pretende optimizar el uso de los distintos espacios, ordenando por zonas las diversas actividades.
Un primer espacio de acceso, aprovechando las condiciones de las dos aperturas de fachada, de acceder a un primer ámbito, y a continuación entrar y reconocer toda la dimensión de la intervención. La segunda apertura de fachada al eje del local, se convierte así en un ojo que permite iluminar y visualizar desde el exterior el espacio central. El nombre y anagrama de la entidad se situará en el cristal.
La zona central, que recoge la intervención radical mencionada que consiste en abrir un hueco en el suelo y forjado de la planta baja de 9,5 x 3 metros, lo que permite comunicar espacial y visualmente las zonas de atención a las mutualistas ubicadas en el nivel de acceso y las zonas de consultas médicas ocasionales situadas en la planta inferior, en la que mediante una pequeña excavación se obtiene la altura necesaria (2,50 metros). Este vaciado espacial comunica visualmente el altillo destinado a archivo y ocio del personal, con una pasarela suspendida.
Con esta intervención se genera un espacio a triple altura que recoge los elementos de circulación: escalera-rampa, pasos, escaleras y pasarelas, comunicando visualmente las zonas de atención al público, trabajo, consultas y archivo.
Por último, en la parte posterior del local se sitúan las dependencias de dirección y la gran sala de reuniones, dando al espacio interior de manzana, que disfruta de la posibilidad de iluminar con grandes claraboyas de luz cenital practicadas en la cubierta.
En el fondo del local, realizamos una pequeña terraza-patio-jardín en relación con este espacio intermedio con luz cenital, que conecta las dependencias de dirección para optimizar las condiciones de claridad y confort provocando atractivas vistas al patio ajardinado.
Todo un conjunto de actividades complementarias, servicios, dependencias de instalaciones, almacenes, salidas de emergencia, etc., se van colocando estratégicamente en espacios intermedios del proyecto, resolviendo temas de seguridad y evacuación.