El paseo de Gràcia, eje de la Barcelona moderna surgida de la aplicación del plan de ensanche diseñado por el ingeniero Ildefons Cerdà, tiene un inicio de gran singularidad gracias a estas dos casas hermanas, que también se benefician de la perspectiva desde la plaza vecina Catalunya, el centro de la ciudad. Como en otros casos, son dos bloques de viviendas independientes, para dos miembros de una misma familia, resueltos con imagen unitaria. Inusualmente, en cambio, Sagnier le da al conjunto un aspecto puramente neogótico que normalmente solo se aplicaba a la arquitectura religiosa pero no a la civil. En ambos bloques se reservaba el piso principal para vivienda particular de los propietarios, con acceso independiente a través de una escalera de honor; el resto de los pisos era para viviendas de alquiler, a las que se accedía por otra entrada. Los interiores estaban enriquecidos con mobiliario de procedencia alemana y aportaciones de artesanos y artistas, entre los que destacaban las vidrieras de la casa Rigalt i Granell o los tapices pintados por Alexandre de Riquer.
Precisamente Riquer, compañero de Sagnier en la asociación de artistas católicos del Cercle de Sant Lluc, decoró años más tarde una de las tiendas de los bajos, en concreto la que daba a la ronda de Sant Pere y que era conocida con el nombre de Granja Catalana. No sabemos si el arquitecto tuvo responsabilidad en el diseño de ese espacio. En cambio, algunas fuentes de la época le atribuyen la camisería Comas, que estaba en el ángulo y que en 1913 mereció uno de los premios anuales del Ayuntamiento de Barcelona a la categoría de establecimientos.
Severamente afectada a lo largo de los años, la doble edificación fue objeto, en 1984, de una remodelación a cargo de los arquitectos Martorell-Bohigas-Mackay y Espinet-Ubach, que intentaron recuperar el aspecto original de los exteriores potenciando el impacto urbanístico mientras conservaban algunos de los elementos decorativos, como la escalera de honor, las vidrieras, etc.
La pareja de edificios conocida como Casa Pascual i Pons fue proyectada por el arquitecto Enric Sagnier i Villavecchia y construida entre 1890 y 1891 para dos miembros de una misma familia, Sebastià Pascual y Alexandre Pons.
Estas casas se localizan en el Eixample de la ciudad de Barcelona, en una manzana enmarcada por las calles Casp, Pau Claris, Ronda Sant Pere y Paseo de Gracia, quedando las fincas adscritas a los números 2 y 4 del Paseo de Gracia.
La Casa Pascual i Pons se configura como un edificio de planta poligonal y seis niveles de alzado (planta baja, principal, tres pisos más y el nivel de bajo cubierta), destacando su volumetría con soluciones de diversa tipología. Cabe señalar en este sentido la articulación de las fachadas a través de unos elementos torreados localizados en el lado de los chaflanes.
La localización de la casa hacia el lado más meridional de la manzana permite que esta disponga de cuatro frontes, uno abierto en la calle Ronda Sant Pere, dos en el Passeig de Gràcia y uno en la calle Casp. Así el número 2 se corresponde con el chaflán de la Ronda Sant Pere y el número 4 con el de la calle Caspe.
Las fachadas de la Casa Pascual i Pons se caracterizan por su composición simétrica con elementos de clara inspiración goticista -visible especialmente en las aperturas- y su remate con piedra vista.
La planta baja de la fachada se configura como un cuerpo de aperturas de semejante tipología que conforman actualmente el acceso a los locales comerciales de este nivel así como sus escaparates. También se localizan las dos puertas de entrada a los respectivos edificios, que se configuran como grandes portadas de piedra dentro del estilo neogótico que domina toda la construcción.
El primer piso, correspondiente con la planta principal, es probablemente uno de los más emblemáticos del conjunto, no solo por las ventanas de tracería de inspiración gótica sino por la altura de estas, y los balcones con barandilla de piedra calada localizadas en la banda del Paseo de Gracia.
El resto de niveles disponen de ventanas rectangulares molduradas que toman como referencia modelos del gótico tardío catalán. Algunas de estas ventanas se encuentran abiertas a balcones con voladizo de piedra y barandilla de hierro, las cuales están ricamente trabajadas con motivos geométricos y florales que tienen cierta similitud con los motivos de las tracerías. El último piso de ventanas, correspondiente al quinto nivel de la finca, se configura como un cuerpo de ventanas coronelas trilobadas con columnita central que reproducen los modelos medievales característicos en la ciudad de Barcelona en el siglo XIII.
El último nivel de la Casa Pascual i Pons se corresponde con la zona de bajo cubierta con aperturas de escasa altura entre pilares de sección cuadrada, sobre los que se apoya el gran alero de madera que remata el edificio.