Parque Central
En los últimos diez años, Sant Cugat del Vallès ha visto incrementada su población a partir de tres sectores originariamente rurales.
El parque que presentamos ocupa uno de estos tres sectores, el llamado Sant Domènec-Colomer. Se trata de una franja estrecha y larga que se extiende desde el centro de la población hasta una de las colinas cercanas, siendo recorrida longitudinalmente por un torrente.
La ordenación urbanística centra su atención en dos temas principales: la concentración de la zona verde en una franja central que protege al torrente y la adaptación del trazado viario y la edificación en la morfología del lugar.
En base a ésta, el proyecto del parque tiene en cuenta la topografía del pequeño valle sobre el que se asienta, su carácter agrícola y la fuerte presión social que su inmersión urbana significa.
La vialidad principal, que es paralela al parque, se diseña según dos trazas distintas: una rectilínea, que propone un orden geométrico claro, y la otra sinusoide, adaptándose a los trazados existentes.
La traza curvilínea se desglosa en una sección escalonada que, manteniendo una acera mínima, permite adosar un paseo-muelle a media altura entre parque y calle. Este paseo, que va dando accesos puntuales al parque, es la alternativa más urbana del proyecto, convirtiéndose en un mirador sobre el parque y sobre la ciudad.
En su interior se restituye el trazado del torrente, que se acompaña de un camino sensiblemente paralelo a él, permitiendo recorrer todo el sector longitudinalmente. Un sistema de caminos transversales, siguiendo la parcelación agrícola, completa la conexión con los límites perimetrales.
La vegetación evoca a los ecosistemas propios de la zona: alineación de hoja caduca sobre el torrente y el camino longitudinal, de hoja perenne sobre los caminos transversales, pequeños bosques de hoja perenne en la demarcación de los campos y varios tipos de gramíneas en los campos.
Rambla del Celler y Sistema de Parques
El sistema de parques de Sant Cugat es el resultado del desarrollo de una serie de planes parciales en torno al Monasterio, realizados durante los últimos años a partir de una idea común: el proyecto de los espacios libres como génesis de la forma de ciudad. Esta idea nos ha permitido adaptarnos a situaciones diversas, a planeamientos contradictorios ya aprobados, o a la disgregación en infinidad de formas de ejecución con promotores y presupuestos muy cambiantes. El proyecto del sistema de parques ha tenido como objetivo principal el tratamiento global de todos los espacios libres de las diversas urbanizaciones y la preservación de la memoria del sitio. A través de la discusión de los diferentes proyectos de urbanización y del establecimiento de unos criterios homogéneos, se ha pretendido superar la individualidad de cada encargo para obtener un argumento que sólo con vegetación y pavimentos se convirtiera, aparentemente, en algo previo a la construcción de ciudad.
La definición de las cuadrículas de chopos, que se presuponen generadoras del trazado de las calles, y el plano de césped que tapiza por igual tanto los parques como los parterres lineales o las plazas, pretenden crear una imagen unitaria de todo el sector. Esta unidad se refuerza con la voluntad de obtener la continuidad por los peatones y las bicicletas a lo largo de todo el sistema de parques.
El Parque de la Riera es la última pieza de este sistema de parques, permitiendo la conexión física y visual con el paraje natural de Torre Negra y con la sierra de Collserola. El Parque de la Riera se proyecta a partir de los mismos argumentos aprovechándose de los chopos existentes y de la presencia de la rambla abierta.
La modificación de la topografía en los bordes de la rambla da lugar a una serie de balsas de laminación que permite reducir la velocidad del agua y que posibilita el crecimiento de especies propias de ribera. Una serie de puentes permiten comunicar ambos lados de la rambla posibilitando la contemplación de este paisaje propio de nuestro país.