Conjunto de edificaciones construidas en dos momentos distintos.
Las más antiguas son de 1907 y presentan la casa-portería modernista y dos pabellones. Uno es de ladrillo visto, rectangular, con tejado a doble vertiente y cubierta de teja romana, y aperturas muy estrechas y altas. El otro es un gran edificio de planta casi cuadrada, de ladrillo enlucido y ladrillo visto remarcando los ángulos, las ventanas y la línea superior de la barandilla de la azotea, con suelo de ladrillo donde hay un gran depósito.
La portería es una vivienda de marcado estilo modernista que, pese a la humildad que sugiere su pequeño volumen y al tratarse de la portería de una fábrica, no está exenta del decorativismo propio de la época. Tiene las paredes de ladrillo enlucido y remarcando las aperturas y los ángulos con hileras de ladrillo visto; hay una franja ornamental de mariposas de terracota en la parte superior. En la fachada que da al patio de la fábrica, se puede ver un gran rectángulo con una Virgen María en cerámica vidriada blanca y azul.
El interior está en perfecto estado, conservando incluso un objeto de principios del siglo XX que funcionaba como alarma de incendio.
El otro bloque de edificaciones corresponde a la ampliación de los años 20 y consta de cuatro grandes naves rectangulares de ladrillo enlucido y tejado a dos vertientes cada una, pero cubiertas de uralita.
Entre ambas partes se levanta una gran chimenea de ladrillo visto. Mide unos 60 metros de altura y tiene la base hexagonal.
Can Vilumara se instaló en 1907 junto a la Farga. Por aquel entonces eran ya 35 las grandes industrias que había en el municipio. Empresa próspera dedicada al textil, en especial la seda, conoció remodelaciones y ampliaciones entre 1922 y 1928 y actualmente está cedida por su propietario, Sr. Josep Mª Vilumara, desde 1982, como intituto y campo de deportes.
