Por encargo de la ONG Fundació Catalana de l’Esplai, estamos trabajando en varios proyectos de casas de colonias en diferentes áreas de la geografía catalana, como Castellbell i el Vilar, Navès, Sant Joan de les Abadesses, etc., con criterios de sostenibilidad, durabilidad, adaptabilidad y austeridad que caracterizan los edificios que hemos realizado para ellos. Las principales premisas que se tuvieron en cuenta al diseñar el nuevo albergue fueron las siguientes:
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Proyecto económicamente sostenible. El coste no podría exceder los 450 €/m² construidos, incluida la urbanización.
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Proyecto multifuncional. Con una experiencia de más de 25 años gestionando escuelas de naturaleza, la Fundación determina que la viabilidad de un equipamiento de estas características debe tener una gran versatilidad. Aspectos como la capacidad de las habitaciones, la distribución, los baños, la versatilidad de las salas de actividades y la accesibilidad a todos los espacios.
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Proyecto respetuoso con el entorno. Como parte implícita del proyecto educativo de la Fundación y con la experiencia adquirida en un edificio como el CENTRE ESPLAI, la construcción de esta nueva escuela de naturaleza debería contar con sistemas de ahorro energético.
En la primera de las realizaciones, la propuesta de implantación parte de la necesidad urbanística de no exceder el gálibo de las edificaciones preexistentes: unos barracones en forma de “L” en un estado muy precario de salubridad e higiene.
El nuevo equipamiento constará de tres zonas bien diferenciadas: edificio de servicios, aulas de naturaleza y zona de dormitorios.
El edificio de servicios albergará el comedor, la cocina, el almacén y una zona de recepción y punto de información.
El comedor tendrá capacidad para casi 100 comensales y estará situado en una sola sala, donde los diferentes grupos alojados en el albergue encontrarán un espacio de encuentro y relación.
En el edificio contiguo al comedor estarán las tres aulas de naturaleza con una capacidad para 30 personas cada una.
Huyendo de las tipologías convencionales de casas de colonias que responden al esquema en forma de peine –circulaciones de las que cuelgan baterías de dormitorios con baños comunes–, la propuesta apuesta por unas unidades de sistema donde la relación entre superficie útil y construida aumenta debido a que las comunicaciones entre ellas se producen desde el espacio exterior. Esta disposición modular permitirá, por ejemplo, alojar grupos diferentes dentro de la misma instalación y que estos mantengan cierto grado de intimidad dentro de su caseta.
La fragmentación volumétrica en pequeñas unidades autónomas permite graduar el número de usuarios y minimizar los costes de mantenimiento y vigilancia, a la vez que permite configurar un sistema con la colonia completa.
La unidad se propone como un referente, arquetipo e imagen del imaginario del mundo de la infancia –pequeñas casitas, pueblo, relación con el bosque, los caminos y lo natural– y, en el futuro, permitirá una fácil ampliación o expansión del propio sistema.
Los recorridos exteriores adaptados y los pasos entre los diferentes volúmenes permiten la circulación entre ellos, agrupando las entradas y facilitando el control por parte de los monitores.
Planteamos tres tipologías de habitación diferenciadas, con agrupaciones de 4, 6 o 8 niños, con la posibilidad de desarrollarlas en un nivel o dos según el cuerpo, resultando en una capacidad total de 90 plazas. El espacio superior y el volumen de aire que contiene adquieren una enorme importancia dada la ocupación de los ámbitos habitacionales. También se favorece la incorporación del control acústico y de la iluminación artificial sobre el tejido suspendido que forman unos perfiles tubulares blancos.
La sencillez de los materiales utilizados ha permitido una gran economía en la ejecución, así como en el mantenimiento posterior.
Los interiores se realizan con bloque de hormigón visto pintado, pavimentos de hormigón pulido con granulometría fina, ventanas de 20 cm de ancho insertadas en marcos de acero inoxidable mate de 2 mm de espesor con porticón de DM pintado e incorporado para oscurecer el interior y cúpulas encadenadas vistas que generan una tonalidad cálida de luz interior.
La ubicación de los conjuntos de ventanas en los paramentos verticales permite una perfecta ventilación cruzada, independientemente del viento dominante en cada caso.
Para los exteriores, se enfatiza la unidad del material; fachadas y cubiertas, tanto de células de habitación como de edificios públicos, responden al sistema Coteterm de Parex, un estuco flexible y autolimpiable que permite la continuidad del aislamiento y el tratamiento hidrófugo en todo el perímetro.
Los recorridos exteriores se diferencian en dos tipologías de pavimentos: tablones de hormigón texturizado para los peatones y hormigón raspado para el tráfico rodado.
Dada la solución final de la propuesta, se amplía el espectro de usuarios, ya que no solo podrá acoger colonias y campamentos de verano para escolares, sino que, además, familias y grupos podrán hacer uso del equipamiento durante todo el año.