En 1896 Domènech hace algunas reformas en la Casa de l’Ardiaca, como sede del Colegio de Abogados de Barcelona. Adapta la escalera de acceso a la puerta renacentista y reforma algunas estancias diseñando sus muebles. En 1902 vuelve a intervenir. La intervención más conocida es el buzón de mármol de la entrada, obra de Alfons Juyol por encargo del propio Domènech, con varias alegorías: hojas de hiedra/burocracia, golondrinas al vuelo/rapidez que debería tener la justicia, tortuga/lentitud real que tiene la justicia y el escudo del Colegio de Abogados. La Casa del Ardiaca es un edificio del siglo XII construido sobre las murallas romanas, que en época gótica fue un palacio e incorporó elementos renacentistas. En 1870, una gran reforma proyectada por el arquitecto Josep Garriga la anexiona con la casa del Decano y construye el patio actual. Sobre este edificio reformado por Garriga, Domènech interviene a nivel decorativo en el salón de actos y otras estancias. También intervino colocando las luminarias de forja del patio (hoy desaparecidas). La intervención que está documentada a nivel de licencia de obras, con su firma, es la adaptación del acceso a través de unos escalones de la puerta de entrada. En 1922 fue remodelado por Josep Goday para ubicar el Museo de Historia de Barcelona, y en 1990 de nuevo por el equipo de B01 y aloja actualmente el Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona. Se conservan muy pocos elementos de la obra de reforma de Domènech.

El objetivo del proyecto de remodelación de la Casa del Ardiaca es muy diferente del Archivo de la Corona de Aragón, donde gracias a la limitación de programa y a las características del edificio, es posible dejar hablar a éste y equilibrar el contenido y la forma. Se trata ahora de encontrar una estructura interna en la que la libertad organizativa y distributiva vendrá condicionada por los heterogéneos episodios del edificio, pero en la que también será posible valorar el característico enriquecimiento que puedan representar estas limitaciones. Esta operación incluye, por tanto, la conservación de las partes o fragmentos del edificio de todas las épocas, que puedan ser identificables como tales de forma que puedan ser encadenadas en una secuencia que represente la total racionalización de la función interna. Para conseguir esto, se proponen las siguientes decisiones en el proyecto básico: a) Adopción de una estructura nueva de pies derechos y la racionalización de los niveles de los forjados en la casa del Decano. b) Situación de dos núcleos de comunicación, mínimos para cumplir la normativa, uno sobre la base de adaptar la antigua escalera a los nuevos niveles, el otro situando una escalera de emergencia donde había estado situada la de la casa delnArdiaca. También se reubican los ascensores y los patios de instalaciones. c) Adopción de las cámaras de cubierta como único lugar viable para ubicar las máquinas del aire acondicionado, dada la presión del programa sobre el edificio. d) Redistribución de los depósitos de documentos en las zonas más amplias. i) Situación de la sala de lectura en la planta más alta, disfrutando de una espléndida visión sobre la mejor parte del barrio gótico a través de la logia del patio y abriéndose mediante un mirador hacia el Colegio de Arquitectos. f) Ubicación de la sala de conferencias en la Planta Principal, puesto que así es posible recuperar el uso de la terraza del patio como zona de descanso o como salida de emergencia. g) Adopción de la planta baja como única entrada, a través de las exposiciones situadas en la sala de las arcadas y de la muralla romana. Por último, una vez colocadas las piezas del rompecabezas, es posible estratificar, por plantas, las funciones más diferenciadas (restauración, investigación, gráficos, fotografía, historia oral y documentos).