Nuestra intervención en el Mercado Municipal de Rubí interpreta una fuerte ambición de remodelación urbanística: el proyecto de reforma del mercado y su espacio adyacente se propone crear una nueva centralidad en la ciudad, un lugar de encuentro y de referencia.
El mercado existente se sitúa, de hecho, en un lugar estratégico, en una manzana de forma triangular, de la cual toma su forma. En el lado norte de éste, previamente a la intervención, había otra parcela triangular donde se ubicaba la vieja guardería municipal, degradada e inadecuada, que necesitaba una reubicación. El proyecto propone liberar este lugar limítrofe con el mercado dejándolo como una grande plaza pública que resuelva el desnivel topográfico de este ámbito a través de varias plataformas con cotas distintas. Al mismo tiempo el proyecto propone girar los accesos del mercado hacia este nuevo espacio público que, además de vestíbulo exterior, se convertirá en la prolongación de la actividad comercial del interior del edificio, para ferias y eventos comerciales puntuales al aire libre.
Esta nueva orientación del mercado hacia la plaza topográfica permite pensar en la construcción de un edificio-fachada a lo largo de la fachada norte, que se destina a las nuevas dependencias municipales y de la administración del mercado. Así, el edificio municipal ocupa todo el frente y sobrepasa la altura del mercado actual, desarrollándose en tres niveles y convirtiéndose en un gran rótulo abombado. En la planta baja, el edificio incorpora espacios comerciales ligados al mercado existente, y organiza los accesos principales del mercado y del aparcamiento subterráneo.
El área por debajo de la plaza, se ocupa con dos niveles de aparcamiento subterráneo, conectado con el aparcamiento existente del mercado. El proyecto incluye la remodelación de las plantas inferiores existentes con tal de integrarlas en estos nuevos niveles de aparcamiento, con instalación de cámaras frigoríficas y espacios para la gestión de residuos.
“Hemos construido una especie de playa urbana, donde la gente se sentará a tomar el sol, pasear y jugar, una nueva topografía, que permite salvar el desnivel entre la calle y el nivel de acceso al mercado, una plaza de arena y pavimento. El edificio, como de agua, es un frente de olas, un gran edificio transparente y de color azul, donde la espuma todavía brilla. En realidad, pensamos en un paisaje marino, de azules y grises, y una cubierta de colores donde el agua debería volver a ser protagonista…”