El edificio pone de manifiesto nuevos valores arquitectónicos en el marco de la primera Exposición Universal. Se trata de una gran sala destinada a comedor y un café en la planta baja, una caja rectangular con las fachadas dobladas, por lo que la imagen exterior del edificio se moldea con independencia de los requerimientos interiores. Las cuatro esquinas se enfatizan mediante cuatro torres con los coronamientos distintos. La estructura responde a una aplicación rigurosa de la fábrica de ladrillo y el hierro, protagonistas de la nueva arquitectura. También se resuelve con claridad la relación entre la ornamentación y la estructura: las almenas del muro exterior dan la vuelta al edificio acompañados de unos escudos de cerámica vitrificada con inscripciones herméticas. Se trata del primer edificio-manifiesto del modernismo, que muestra algunas pautas que más tarde otros arquitectos aplicarán a programas más complejos.
Para la Exposición Universal de Barcelona de 1888, Domènech recibe el encargo de un gran Café Restaurante en el parque de la Ciutadella.
El edificio debía tener carácter permanente, no como el resto de los pabellones de la Exposición que eran temporales.
Gustó mucho a la Comisión Ejecutiva que gestionaba la Exposición, porque tenía soluciones constructivas y acabados decorativos originales (reinterpretando estilos artísticos peninsulares), como buena construcción moderna.
Por los aires medievales que tenía el edificio, fue bautizado como “El Castell dels Tres Dragons”, una conocida comedia escrita por Serafí Pitarra (Frederic Soler) unos años antes.
El proyecto fue realizado en muy poco tiempo, y las obras empezaron inmediatamente después, pero varios problemas durante su construcción le dejaron inacabado, sobre todo en los acabados ornamentales.
Domènech acabó renunciando al encargo antes que entregar la obra al inquilino y ver cómo actuaba a su antojo. Se encargó a Josep Forteza, quien hasta el momento había sido arquitecto auxiliar, la continuación de las obras.
El edificio tiene una forma rectangular, a cuatro vientos, flanqueada por torres de planta cuadrada en las esquinas. Dos de ellas evolucionan haciendo rotación hacia la forma poligonal y la del homenaje queda rematada con una coronación de forja y vidrio. Existe una prolongación en planta baja con dos grandes arcos rebajados y terraza en la parte superior. El interior es una nave única, dividida en planta baja y piso. El aspecto exterior, con los muros hechos con ladrillo visto y rematados con almenas, recuerdan a un castillo medieval. Pero la ingeniosa estructura interior recupera la tradición constructiva mudéjar de los muros de doble hoja, como las torres de Teruel, combinada con los contrafuertes góticos.
Las fachadas están construidas con dos hojas de ladrillo muy esbelto, separadas por un espacio transitable de un metro de ancho, que gracias a las numerosas láminas de unión y a los tirantes metálicos generan un conjunto muy estable con muy poco material.
Este sistema abarata y agiliza la construcción, pero ese atrevimiento constructivo generó dudas dentro de la Comisión de seguimiento de las obras sobre su solidez, incluso pidieron cálculos de comprobación estructural de la solución.
En el interior, la majestuosa sala del primer piso, de 18 metros de altura, está cubierta con unos arcos diafragma tradicionales en la arquitectura gótica catalana, pero en este caso son de celos metálico y quedan al descubierto, tal y como proponía Viollet-le-Duc.
Aunque en los dibujos de proyecto hechos por Domènech el edificio estaba profusamente decorado, finalmente solo se realizaron algunas vidrieras, un friso de escudos cerámicos bajo la cornisa y cerámica vidriada en amarillo por las almenas.
Y posteriormente se realizó la decoración pictórica de los paramentos y techos.
Una vez terminada la Exposición Universal, pierde el uso de espacio de banquetes y espacio de restaurante y el edificio queda abandonado.
Más adelante será sala de exposiciones, escuela de música, Museo de Cataluña, Museo de Biología, centro de martículas escolares, bolsa de Trabajo Municipal, Auxilio Social y finalmente de 1940 al 2000, Museo de Zoología (y posteriormente de Ciencias Naturales). Actualmente no está abierto al público.
