-
1840
-
1847
-
1850
-
1851
-
1860
-
Hotel Les Quatre Nacions y Pasaje Bacardí
Francesc Daniel Molina i Casamajor
El pasaje Bacardí, ubicado en el distrito de Ciutat Vella, es un paseo cubierto, apto exclusivamente para peatones, que une la Rambla, a la altura del número 42, con la plaza Reial. Este pasaje fue construido a mediados del siglo XIX junto al edificio construido en los números 40-42 de la Rambla para Ramon de Bacardí, convirtiéndose en uno de los primeros pasajes cubiertos de la ciudad. El acceso al pasaje desde la Rambla se produce por un portal resuelto con arco de medio punto. El portal está flanqueado por dos pilastras de escaso relieve que se levantan hasta la altura del inicio del arco. A esta altura se emplazan sendas impostas de las que se reinician nuevamente las pilastras hasta llegar a las ménsulas del balcón situada justo sobre la entrada al pasaje. La puerta puede ser cerrada mediante una reja de hierro forjado de la que la parte del arco es fija y ornada con motivos geométricos radiales que salen de un medallón central con la letra "R" y, debajo, el año "1856". La parte de la puerta dispone de dos hojas con austeros barrotes verticales. El acceso desde la plaza Reial se realiza desde un portal similar si bien de factura algo menos elaborada. Ya dentro del pasaje cuenta con dos tramos diferenciados por su cubierta. El tramo más cercano a la Rambla está cubierto a la altura del techo del entresuelo por un envigado paralelo a la calle que soporta el edificio superior; en cambio, la mitad más cercana a la plaza Reial está cubierta por un acristalado a la altura de la cubierta que da luz a todo el espacio. Los bajos y ventanas de los entresuelos situados a ambos lados a lo largo del pasaje presentan una uniformidad que dan coherencia al conjunto. Todas las puertas de comercio y la ventana del entresuelo situada encima siguen un patrón que se repite a lo largo del espacio. Cada apertura comercial y la ventana del entresuelo están flanqueados por sendas pilastras con una baza de mayor volumen que el resto del elemento, un fuste con el tramo inferior con surcos verticales y el superior liso, con un único rectángulo en relieve, coronado por un capitel jónico. A esta altura, dos esculturas de niños soportan el guardapolvo que cubre la ventana. Entre la ventana y la puerta inferior se encuentra el espacio en el que, originalmente, iría el nombre del comercio. Las barandillas de las ventanas son de hierro forjado. Uno de los elementos más destacables de este pasaje es la galería que la atraviesa en paralelo a la calle a media altura del recorrido. Está fabricada con estructura de hierro, de la que destacan unas elaboradas ménsulas y totalmente acristalada.1849 - 1865
-
1882
-
Fábrica y Talleres de Artes Gráficas Henrich y Cía.
El edificio se encuentra en un solar entre medianeras, con fachada principal a la calle Còrsega. Integra un edificio de grandes dimensiones dentro del tejido urbano del Eixample. Para ello hemos planteado tres tipos de fachada diferentes que responden a diferentes condicionantes de su entorno más inmediato: la fachada a la calle Còrsega, la fachada al interior de la manzana y las fachadas de los patios del hotel. La fachada se deshoja en dos planos, uno de cristal y otro cerámico. En la fachada principal, las aperturas vuelan respecto al plano de fachada mediante unas cajas de latón, creando un juego de luz y sombra que reduce el efecto pantalla del edificio, consiguiendo una mejor proporción a escala de ciudad. En la misma línea las dos grandes galerías recuerdan al "skyline" de la antigua fábrica Bayer. Por la noche estas cajas se iluminan, consiguiendo el efecto de que las cajas flotan sobre un lienzo negro. Estos mecanismos ayudan a fraccionar la visión longitudinal de la fachada, que ocupa casi la totalidad de la manzana. En la planta baja, la estructura de pórticos metálicos de doble altura ayuda a construir un basamento que busca la visión de jardín interior y da presencia en el edificio. La fachada aquí se plantea al revés, esta vez con el vidrio retranqueado, alcanzando hasta 1 m de profundidad desde el basamento hasta su coronación. Es una fachada que reconoce su visual en escorzo y surge de esta condición con la mayor ventaja posible, construyendo una fachada con grosor, con sombras, que desde su complejidad en este caso permite simplificar para integrarse en el entorno. La fachada posterior, con carpinterías igualmente situadas en el plano interior, genera un juego de huecos y agrupa en una sola apertura las dos primeras plantas, para obtener mayor verticalidad. Los patios interiores del hotel adquieren especial relevancia y no sólo ofrecen ventilación a algunas habitaciones más sencillas, sino que se abren a los corredores de distribución interior. Para resolver la posibilidad de interferencia de visuales entre corredores y habitaciones, se ha construido una piel de tubos metálicos verticales en forma de diamante que a modo de grandes cortinajes resuelve este problema. De noche, unas líneas de leds ocultas retroiluminan los tubos ofreciendo una imagen de suspensión del elemento metálico ligero por delante de su cierre o fachadas de patio. Uno de los principales retos ha sido la industrialización de toda solución constructiva. Se trata de una fachada ventilada muy ligera construida a partir de grandes módulos de casi 5x3 metros que vendían totalmente terminados de taller. Esta solución ha tenido muchas ventajas, entre ellas un control absoluto en su acabado y mayor rapidez de montaje. El hecho de minimizar el número de distintos materiales (panel cerámico negro, vidrio y estructura forrada con latón) ha permitido simplificar no sólo su solución formal, sino también su construcción.1886
-
Gran Hotel Internacional
Para disponer de suficientes plazas hoteleras durante la Exposición Universal de 1888, el Ayuntamiento de Barcelona convocó un concurso para construir un gran hotel, de carácter efímero, que se adjudicó al promotor Ricard Valentí, con un proyecto de Domènech i Montaner. El Hotel Internacional no presentaba grandes innovaciones estéticas, pero despertó mucha admiración por la velocidad de ejecución: 53 días para terminar la estructura y un total de 83 para tener el edificio terminado. Domènech ideó una construcción seriada para poder cumplir con los plazos establecidos. El edificio presentaba una planta rectangular, de 150 m por 35m, con un eje de simetría central y cuerpos salientes en ambos extremos y en la parte central. Tenía cinco plantas en los cuerpos alargados y seis en el cuerpo central y en las torres. Disponía de ascensor, puertas de acceso para peatones y coches, café, restaurante, camisería y guantería, estanco, telégrafo, patio de honor y grandes lucernarios que iluminaban los pasillos. Podía dar servicio a 2000 huéspedes, con 600 habitaciones y 30 apartamentos por familias. Para poder construir sobre un terreno tan inestable como el terraplén que se había formado con el derribo de la muralla de Mar, donde la cimentación convencional habría sido muy costosa y lenta de ejecutar, se utilizó un ingenioso sistema. Consistía en una parrilla de vigas metálicas (que en realidad eran raíles de tren alquilados que se podían recuperar una vez derribado el edificio después de la exposición) sobre las que apoyaban bóvedas de ladrillo de plano invertidas, creando una losa continua de cimentación. Todos los muros eran de fábrica de ladrillo, con un dimensionado de los espacios ajustados al formato de la prenda para minimizar los cortes de la cerámica. Para acelerar la construcción se trabajaba las 24 horas del día, haciendo turnos de los operarios y divididos en especializaciones. En el turno de noche se utilizó iluminación eléctrica, lo que despertaba la admiración en la época. Una estructura laboral moderna donde Bonaventura Pollés i Vivó y el recién titulado Josep Forteza i Ubach actuaban de arquitectos ayudantes. La obra contó con estucados decorativos a partir de dibujos de Alexandre de Riquer, Joan Llimona y Dionís Baixeras, molduras ornamentales, empapelado de los interiores… La pintura corrió a cargo de la empresa Bassegoda, y la decoración Saumell i Vilaró. El conjunto decorativo quería alcanzar la difícil síntesis de una arquitectura nacional y moderna, tal y como Domènech había determinado en su artículo “En busca de una arquitectura nacional”. Hay claras referencias medievales, pero también conserva algunos dejos académicos y, a su vez, un aire art nouveau. Una vez terminada la exposición, a pesar de las peticiones del promotor para conservarlo, el edificio fue derribado.1888
-
1896
-
1898
-
1902
-
Hotel Suís
Edificio esquinero que presenta planta baja y dos pisos. La fachada es de lenguaje modernista y combina el ladrillo visto, los esgrafiados con motivos florales, la piedra trabajada y las cerámicas. En el chaflán hay un gran balcón que se apoya sobre una pilastra. Cabe destacar también el hierro forjado de los balcones y de la entrada. La entrada forma un cancel separado de la calle por una reja. El edificio, tal y como era en 1982, provenía de la reforma de una serie de viviendas entre medianeras que fueron transformadas en hotel, cambiando la distribución interior, pero conservando las crujías y las aperturas de la fachada. -
Gran Hotel Peninsular
Edificio entre medianeras, de planta baja y tres pisos. La fachada es de composición muy plana, simétrica y con dos aperturas por planta. La planta baja presenta doble portal, el primer piso tiene un doble balcón de hierro sostenido por ménsulas y cantos redondeados, y en los pisos superiores hay balcones individuales de formas onduladas y también de hierro. El coronamiento del edificio se realiza con cornisa y gabletes dentados que refuerzan la composición vertical de las aperturas. El tratamiento de la fachada es con estuco y adornos de motivos florales en los dinteles y debajo de los balcones. La línea de imposta está a nivel de balcones del último piso, con un intento de integración con las edificaciones vecinas.1903
-
1905
-
1906
-
Palacio de la Junta de Obras del Puerto
La Junta de Obras del Puerto se encuentra en un espacio muy diáfano en la plaza del Pla de Palau, junto al Muelle Bosch i Alsina. Se trata de un inmueble aislado que fue proyectado por Julio Valdés a principios del siglo XX. Tiene una planta rectangular, con planta baja y dos plantas superiores. Las diferentes fachadas, y sobre todo la principal, se caracterizan por una acumulación muy importante de rasgos decorativos de estilo ecléctico. En la planta baja encontramos una serie de aperturas con arco de medio punto flanqueadas por pilastras con un capitel muy sencillo. Por encima, nuevas pilastras lisas continúan el mismo eje vertical y sobrepasan una balaustrada decorada situada en el tramo central del inmueble. En este nivel, también hay nuevas múltiples aperturas de medio punto con toldos en media vuelta. En el último piso, con tipología de buhardilla pero con una importante altura, las aperturas son menores y cuadrangulares. Se combinan las balaustradas y los balcones. En toda la fachada, la forja empleada es muy abigarrada. Uno de los rasgos más definitorios de este edificio es la presencia de cuatro grandes torres de planta cuadrangular situadas en cada uno de los vértices del inmueble. Otras dos torres más pequeñas se ubican entre éstas y la cornisa de las fachadas anterior y posterior. Esta cornisa delantera es bastante prominente y está coronada por tres esculturas principales con iconos marinos flanqueados por leones alados. Tiene una amplia profusión de ornamentación aplicada, destacando la rica crestería de la zona de cubiertas. El edificio fue gravemente afectado por bombardeos durante la Guerra Civil, por lo que tuvo que ser restaurado a partir del año 1940. Más recientemente sufrió la construcción de una remonta que ha desfigurado el efecto del sistema de torres angulares, crestería y cubierta abombada. Actualmente se encuentra en buen estado de conservación. Su ubicación en un espacio mucho más amplio que el apeadero ferroviario y su función de puerta de entrada a los viajeros que llegaban por mar a la ciudad posibilitó la construcción de un edificio, que una vez más apela a la tipología del palacio, y que vuelve a tomar la arquitectura francesa como modelo. Al igual que la sede de Gas Lebón, encontramos las típicas cuatro torres angulares con cubierta muy inclinada y profusión de ornamentación aplicada, destacando la rica crestería de la zona de cubiertas, además de una atrevida combinación de las aperturas de arco de medio punto, sobre columnas, en la fachada principal, siguiendo el modelo de la Grand Opéra de París, y ventanales de tradición catalana en las fachadas laterales y posterior. La terminal que acogía el restaurante "El Mundial" en la planta superior y las dependencias propias como la aduana y las oficinas de correos en la planta baja fue severamente afectada por los bombardeos de la guerra civil.1903 - 1907
-
Casa Manuel Planas Carbonell
Edificio entre medianeras de planta baja y dos pisos, que hace esquina entre las calles Illa de Cuba y Sant Gaudenci. El chaflán se soluciona mediante una tribuna que ocupa los dos pisos, con interesantes cristales coloreados. Las aperturas de los pisos son balcones con barandilla de hierro y enmarcados en la parte superior por molduras con decoración floral. La terminación del edificio es recta con estilizados frontones de arco con palmeta centrada. En la fachada que da a la calle Sant Gaudenci hay una galería cubierta con un gran ventanal de forma redondeada. La documentación localizada sobre este edificio no es suficientemente explícita. La ficha del inventario del Colegio de Arquitectos de Barcelona, atribuye la obra al maestro de obras Gaietà Miret i Reventós y sitúa su construcción en 1908. En cambio, el Archivo Municipal de Sitges conserva un plano del proyecto (con el nombre de "Casa Ollé") firmado por el arquitecto Josep Pujol i Brull en 1907. Es posible que, por algún motivo, el maestro de obras Gaietà Miret se encargara de llevar a cabo el proyecto original de J. Pujol. Hace pocos años la casa estaba en un estado de abandono considerable, pero actualmente ha sido restaurada. En cualquier caso, las obras correspondientes a estas fechas parece que se realizaron sobre un edificio preexistente construido en 1881.1907 - 1908
-
1908 - 1922
-
siglo XX
-
Casal Font
Edificio monumental, reproducción de una masía catalana de tipo basilical, es decir, a dos vertientes y con un cuerpo central más elevado. Se compone de bajos, 2 plantas y el citado cuerpo central que actúa de mirador, y galerías, siguiendo el estilo tradicional catalán de puerta dovelada, grandes ventanales y arquillos, reloj de sol y paneles cerámicos en la fachada. Se encuentra una gran entrada con salones a ambos lados -uno de ellos con chimenea- y una escalera que conduce al segundo piso donde están las cámaras, divididas por un pasillo central, de donde parte otra escalera que sube al mirador. Construida por el novelista barcelonés Alexandre Font con el afán de recuperar nuestra arquitectura tradicional, después de pasar muchos veranos en Gelida donde formaba parte del núcleo que llegó a finales y principios de siglo. Su construcción e inauguración fue bien conocida en los ambientes literarios barceloneses del Ateneo y el Café Colón, ya que los mejores escritores y poetas del momento, amigos del dueño, le ofrecieron un librito (edición de 33 ejem.) titulado " La Casa Nueva" en abril de 1929. Este grupo de amigos eran Ferran Agulló, Joaquim Cabot, Enrich de Fuentes, Ramón Garriga, pvre., Joan M. Guasch, Francisco Masferrer, Francisco Matheu, n, Puget, Joan Ruic i Porta, Joan Santamaria, Lluís Via, y una canción con letra de J.M. Guasch y música de Amadeu Vives, titulada "Cançó del viure feliç".